25/08/2020, 23:46
—No.
Daigo se irguió, abandonando su pose y entendiendo que aquello era serio, pero todavía algo confundido por el repentino cambio en el ambiente. Por la manera en la que Ranko lo miraba el chico temía que se tratara de algo muy malo, pero no estaba preparado para lo que sintió cuando ella apartó la mirada.
Los ojos del chico se abrieron como platos y pareció paralizarse cuando la Sagisō le habló sobre su misión en el País del Viento. Él ya sabía lo que venía después de eso. Ranko había descubierto lo que había hecho él mientras estaba allí y ahora debía odiarlo más que a nadie en el mundo. No solo había manchado el nombre de Kusagakure, sino que había matado a una persona, y eso no tenía perdón.
—Quisiera saber si Daigo-san hizo… Quisiera… No quisiera que Daigo-san fuese un maleante, ¿sabes? Quisiera, si está bien, saber… ¿qué pasó?
De nuevo, el peliverde se vio sorprendido por su amiga, pero no de la forma que esperaba. Ella no lo culpó y le apuntó como había soñado durante varias noches después del incidente, sino que le preguntó lo que sucedió allí para salir de dudas.
Casi se le había olvidado que, al fin y al cabo, Ranko era su amiga.
— El año pasado me encomendaron una misión en el País del Viento. —Dijo. No podía entrar muy en detalles sobre la misión—. Fui irresponsable y casi muero por el desierto, de no ser porque una mujer me salvó la vida.
» Descubrí que era una criminal buscada en el País y que se había puesto en peligro a sí misma llevándome a Inaka para que cuidasen de mí. Parece que alguien la reconoció entonces y... —bajó la mirada, recordando el momento en el que todo se fue a la mierda—. Y avisó a las autoridades. Cuando la fueron a capturar simplemente no pude hacer la vista gorda. Sabía que ella era una buena persona.
Dejó caer los brazos. Si hubiera tenido más cuidado quizás habría podido ayudar salvar la vida de Kasaru sin sacrificar la de nadie más.
» Cuando intenté detenerlos no solo ataqué a una guardia, que es una kunoichi mucho más fuerte que yo, sino que también le golpeé a la vez al civil que enviaron para inspeccionar la casa en la que estábamos. —Se notaba el arrepentimiento en su voz, que parecía quebrarse por momentos—. Se llamaba Tomizawa Masahiro. Murió desangrado durante mi pelea contra la guardia.
Daigo se irguió, abandonando su pose y entendiendo que aquello era serio, pero todavía algo confundido por el repentino cambio en el ambiente. Por la manera en la que Ranko lo miraba el chico temía que se tratara de algo muy malo, pero no estaba preparado para lo que sintió cuando ella apartó la mirada.
Los ojos del chico se abrieron como platos y pareció paralizarse cuando la Sagisō le habló sobre su misión en el País del Viento. Él ya sabía lo que venía después de eso. Ranko había descubierto lo que había hecho él mientras estaba allí y ahora debía odiarlo más que a nadie en el mundo. No solo había manchado el nombre de Kusagakure, sino que había matado a una persona, y eso no tenía perdón.
—Quisiera saber si Daigo-san hizo… Quisiera… No quisiera que Daigo-san fuese un maleante, ¿sabes? Quisiera, si está bien, saber… ¿qué pasó?
De nuevo, el peliverde se vio sorprendido por su amiga, pero no de la forma que esperaba. Ella no lo culpó y le apuntó como había soñado durante varias noches después del incidente, sino que le preguntó lo que sucedió allí para salir de dudas.
Casi se le había olvidado que, al fin y al cabo, Ranko era su amiga.
— El año pasado me encomendaron una misión en el País del Viento. —Dijo. No podía entrar muy en detalles sobre la misión—. Fui irresponsable y casi muero por el desierto, de no ser porque una mujer me salvó la vida.
» Descubrí que era una criminal buscada en el País y que se había puesto en peligro a sí misma llevándome a Inaka para que cuidasen de mí. Parece que alguien la reconoció entonces y... —bajó la mirada, recordando el momento en el que todo se fue a la mierda—. Y avisó a las autoridades. Cuando la fueron a capturar simplemente no pude hacer la vista gorda. Sabía que ella era una buena persona.
Dejó caer los brazos. Si hubiera tenido más cuidado quizás habría podido ayudar salvar la vida de Kasaru sin sacrificar la de nadie más.
» Cuando intenté detenerlos no solo ataqué a una guardia, que es una kunoichi mucho más fuerte que yo, sino que también le golpeé a la vez al civil que enviaron para inspeccionar la casa en la que estábamos. —Se notaba el arrepentimiento en su voz, que parecía quebrarse por momentos—. Se llamaba Tomizawa Masahiro. Murió desangrado durante mi pelea contra la guardia.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.