27/08/2020, 04:37
(Última modificación: 27/08/2020, 04:39 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
La prisión del Yermo y la supuesta muerte de Uchiha Zaide
No sé yo que pensará la nueva Arashikage de mí cuando le entreguéis todas las cintas. Menudo coñazo, ¿eh? esto ya parece un podcast. Así que permítanme contaros esta parte sin mucho detalle. Voy a ser lo más conciso posible. La cagué. La cagué yendo al País del Viento, mostrándome a Datsue. Desde luego creía que aún os llevabáis mal, Uzu y Ame, y que ese cabrón no iba a soltar prenda. Pero todo cambia. Heme aquí, soy prueba viviente de ello ¡jajaja! y bueno, que la cagué dentro de la Prisión del Yermo, también.
Verán, Zaide estaba preso, allí dentro. No sabemos cómo cayó en ese maldito agujero del infierno —si aquél no es el lugar de donde vienen todos los demonios, pues estaba cerca de cerlo—. que se encontraba en la mitad del puto desierto. La cárcel contaba con custodios contratados de Kusagakure, así que supongo que el viejo Kenzou os tuvo que haber dicho algo de la fuga. ¿Sí? ¿No? bueno, la cuestión es que mi objetivo era infiltrarme junto con unos guardias comprados con pasta. Tomé la forma de uno y entramos. La Prisión estaba dividida en varios niveles, cada uno más profundo que el otro, donde ubicaban a los presos según su peligrosidad. Zaide estaba en uno de los últimos.
Si entrar fue difícil, bajar mucho más. Un par de errores desembocaron a una fuga parcial de las celdas superiores y ahí todo se fue a la mierda. Mientras tanto, en lo profundo, finalmente dimos con Zaide.
Zaide solía ser un yonki de mierda. Un farlopeado de cojones. Pero ya Kyūtsuki nos había advertido, que le había visto en su mejor forma, y que ya no era el de antes. Había renacido estando allí adentro. No le hice caso y luchamos. Luchamos duro. Así fue como Masumi, alias Muñeca, murió.
Pensarán que fue Zaide quién la mató. Pero no. En realidad, fui yo. No a propósito, claro, pero no lo vi venir. El cambiazo. Zaide la usó para sustituirse con el Kawarimi, y el resto es historia.
La pelea continuó y vencí. Le maté. O eso creía, o eso creía...
La realidad es que Zaide me usó. ¿Cómo? con sus ojos, probablemente. Me hizo creer que le había matado, y como el genjutsu no es lo mío, pues caí redondito. Su plan era seguirme de regreso a la guarida y matarlos a todos. Principalmente a Ryū, con quien tiene desde hace un tiempo bastante diferencias.
Pero espérate, sé que eso te interesa, pero déjame contarte algo. En el camino de regreso, me encontré con perro rastrero en las calles de Tanzaku. Ah... claro, Ayame-chan nos vio. ¿A que sabéis de quién hablo? eh, eh?
Del infame Uchiha Akame, claro.
No sé yo que pensará la nueva Arashikage de mí cuando le entreguéis todas las cintas. Menudo coñazo, ¿eh? esto ya parece un podcast. Así que permítanme contaros esta parte sin mucho detalle. Voy a ser lo más conciso posible. La cagué. La cagué yendo al País del Viento, mostrándome a Datsue. Desde luego creía que aún os llevabáis mal, Uzu y Ame, y que ese cabrón no iba a soltar prenda. Pero todo cambia. Heme aquí, soy prueba viviente de ello ¡jajaja! y bueno, que la cagué dentro de la Prisión del Yermo, también.
Verán, Zaide estaba preso, allí dentro. No sabemos cómo cayó en ese maldito agujero del infierno —si aquél no es el lugar de donde vienen todos los demonios, pues estaba cerca de cerlo—. que se encontraba en la mitad del puto desierto. La cárcel contaba con custodios contratados de Kusagakure, así que supongo que el viejo Kenzou os tuvo que haber dicho algo de la fuga. ¿Sí? ¿No? bueno, la cuestión es que mi objetivo era infiltrarme junto con unos guardias comprados con pasta. Tomé la forma de uno y entramos. La Prisión estaba dividida en varios niveles, cada uno más profundo que el otro, donde ubicaban a los presos según su peligrosidad. Zaide estaba en uno de los últimos.
Si entrar fue difícil, bajar mucho más. Un par de errores desembocaron a una fuga parcial de las celdas superiores y ahí todo se fue a la mierda. Mientras tanto, en lo profundo, finalmente dimos con Zaide.
Zaide solía ser un yonki de mierda. Un farlopeado de cojones. Pero ya Kyūtsuki nos había advertido, que le había visto en su mejor forma, y que ya no era el de antes. Había renacido estando allí adentro. No le hice caso y luchamos. Luchamos duro. Así fue como Masumi, alias Muñeca, murió.
Pensarán que fue Zaide quién la mató. Pero no. En realidad, fui yo. No a propósito, claro, pero no lo vi venir. El cambiazo. Zaide la usó para sustituirse con el Kawarimi, y el resto es historia.
La pelea continuó y vencí. Le maté. O eso creía, o eso creía...
La realidad es que Zaide me usó. ¿Cómo? con sus ojos, probablemente. Me hizo creer que le había matado, y como el genjutsu no es lo mío, pues caí redondito. Su plan era seguirme de regreso a la guarida y matarlos a todos. Principalmente a Ryū, con quien tiene desde hace un tiempo bastante diferencias.
Pero espérate, sé que eso te interesa, pero déjame contarte algo. En el camino de regreso, me encontré con perro rastrero en las calles de Tanzaku. Ah... claro, Ayame-chan nos vio. ¿A que sabéis de quién hablo? eh, eh?
Del infame Uchiha Akame, claro.