6/10/2020, 19:35
—Alguna vez has estado en una situación límite y te has sentido más fuerte que nunca ¿verdad?
Ranko asintió una vez y recordó.
Estaba derribada, entre escombros, con el cuerpo más que adolorido. La esperanza se había ido. Etsu y Akane habían caído, Hana posiblemente estaba atrapada en el pasillo. Mucha gente había muerto debido a aquel monstruo en el Valle de los Dojos. Y muchas más lo harían. Ranko, moriría, ella misma se lo decía, y tenía que dejar de luchar como la perdedora que era.
”Kintsugi. Eso me hizo levantarme.”
—Más fuerte… como una vasija reparada con oro… —susurró.
Daigo terminó de explicar: tenía que simular una situación así y lograr mantenerla. Ranko se llevó el índice al mentón, pensativa.
—Mantenerla… ¿Cómo haces para… mentalizar tal situación por largo rato? Digo, podría recordar algún evento que me llenase de adrenalina, pero mantenerlo…
Justo en ese momento, la cocinera sirvió tres grandes platos con cortes de carne de aspecto bastante suculento, incluyendo salchichas y similares, junto con algunas brochetas de verduras asadas.
—¡Provecho, Sagisō-sama! ¡Caballero! —Les deseó la mujer con una enorme sonrisa.
—¡Muchas gracias! Bueno… ¡que aproveche, Daigo-san!
Ranko juntó las manos en señal de agradecimiento y, más que alegre, comenzó a devorar las viandas con avidez y sin prejuicios.
Ranko asintió una vez y recordó.
Estaba derribada, entre escombros, con el cuerpo más que adolorido. La esperanza se había ido. Etsu y Akane habían caído, Hana posiblemente estaba atrapada en el pasillo. Mucha gente había muerto debido a aquel monstruo en el Valle de los Dojos. Y muchas más lo harían. Ranko, moriría, ella misma se lo decía, y tenía que dejar de luchar como la perdedora que era.
”Kintsugi. Eso me hizo levantarme.”
—Más fuerte… como una vasija reparada con oro… —susurró.
Daigo terminó de explicar: tenía que simular una situación así y lograr mantenerla. Ranko se llevó el índice al mentón, pensativa.
—Mantenerla… ¿Cómo haces para… mentalizar tal situación por largo rato? Digo, podría recordar algún evento que me llenase de adrenalina, pero mantenerlo…
Justo en ese momento, la cocinera sirvió tres grandes platos con cortes de carne de aspecto bastante suculento, incluyendo salchichas y similares, junto con algunas brochetas de verduras asadas.
—¡Provecho, Sagisō-sama! ¡Caballero! —Les deseó la mujer con una enorme sonrisa.
—¡Muchas gracias! Bueno… ¡que aproveche, Daigo-san!
Ranko juntó las manos en señal de agradecimiento y, más que alegre, comenzó a devorar las viandas con avidez y sin prejuicios.
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