7/10/2020, 13:38
Isamu, tras escuchar lo que la chica guardaba, afirmó que realmente todo le resultaba raro. Mascó una segunda bola de arroz, y aclaró que el tema le resultaba interesante. Según él, no tenía nada más que hacer por ese lugar —ya fuese porque había terminado sus tareas, u otro motivo— y le dedicaría su tiempo al suceso. No se comprometía a solucionarlo, pero con ese simple intento ya hizo emerger de los ojos de la pelirroja unas lagrimas. Éstas no terminaron de brotar, pues la chica hizo todo lo posible por aguantar la emoción, pero poco le faltó.
—¡Muchas gracias, señor shinobi! —aclamaron todos casi al unísono.
El genin concluyó con que apenas terminase de comer, se iría a investigar. Eso sí, necesitaba indicaciones para llegar al lugar, pues no sabía por donde quedaba esa casa "encantada". Era evidente, que los chicos no tenían ánimos contrarios a indicarle, el genin era un suspiro en la situación para la pobre pelirroja.
—Claro, no será problema. —Apresuró a contestar la chica. —Y no te preocupes por la cuenta, déjala a mi cargo.
»Mi casa está siguiendo ésta calle hasta el final, luego tienes que tomar la calle que sube por la derecha, la quinta calle que veas a tu izquierda es la que da a mi casa. Es una casa de color rosa con decoraciones en color amarillo pálido, destaca un poco, pero no más que la casa que te comentamos, que está justo al lado. Es una casa que tiene puertas y ventanas tapiadas, o con cintas para que la gente no entre. Es de color rojizo, mayormente de maderas, y seguramente haya gente a sus puertas... Pocos se atreven a entrar, pero los curiosos son muchos.
—¡Muchas gracias, señor shinobi! —aclamaron todos casi al unísono.
El genin concluyó con que apenas terminase de comer, se iría a investigar. Eso sí, necesitaba indicaciones para llegar al lugar, pues no sabía por donde quedaba esa casa "encantada". Era evidente, que los chicos no tenían ánimos contrarios a indicarle, el genin era un suspiro en la situación para la pobre pelirroja.
—Claro, no será problema. —Apresuró a contestar la chica. —Y no te preocupes por la cuenta, déjala a mi cargo.
»Mi casa está siguiendo ésta calle hasta el final, luego tienes que tomar la calle que sube por la derecha, la quinta calle que veas a tu izquierda es la que da a mi casa. Es una casa de color rosa con decoraciones en color amarillo pálido, destaca un poco, pero no más que la casa que te comentamos, que está justo al lado. Es una casa que tiene puertas y ventanas tapiadas, o con cintas para que la gente no entre. Es de color rojizo, mayormente de maderas, y seguramente haya gente a sus puertas... Pocos se atreven a entrar, pero los curiosos son muchos.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~