11/01/2016, 23:21
Entre extranjero, y cabezota... Ese chico se las estaba ganando todas. Quería por cojines tomar un trago, y no se daba cuenta de en qué clase de sitio estaba. Esa ciudad llevaba abandonada muchísimo tiempo, tanto que ni se conocía quienes eran sus habitantes. ¿Cómo iba a haber sobrevivido una botella a salvo? Mas aún con saqueadores de la calaña que Blame se estaba asignando. ¿En qué cabeza cabía?
Insistió de nuevo, y al fin dijo algo coherente. Su nombre. No se habían presentado siquiera, y ya se estaban llevando como perro y gato. Evidentemente, Yota era el gato. Solo le tocaba las narices al perro, y saldría corriendo si el perro se enfadaba. El albino dejó escapar un leve suspiro, y se llevó la mano a la cabellera. Su gesto resentido lo explicaba todo, pero se lo resolvería con palabras también.
—Cierto... aún no nos habíamos presentado. Mi nombre es Blame.— Resolvió la duda. —Yota, ¿ves tu alrededor? Antes de yo nacer, hacía años que ésta ciudad había sido destruida. Cuando mi madre murió, ya hacía años que hasta el último saqueador se había ido. ¿De verdad crees que hay algún antro donde quede una botella viva? Y lo mas importante... Si hubiese un lugar así, ¿Crees que no la habría vendido para ganarme unos cuantos ryos mas? Si quieres tomar algo, mínimo tenemos que ir a Notsuba.—
Suerte de que hasta conocía el lugar ese, lugar donde había tenido un encargo como guardaespaldas. Quizás con esas palabras Yota entrase en razón, pues lo contrario ya era absurdo. Además... ¿Por qué diablos le estaba dando tanta excusa? Con un simple corte certero esas tonterías se acabarían...
Insistió de nuevo, y al fin dijo algo coherente. Su nombre. No se habían presentado siquiera, y ya se estaban llevando como perro y gato. Evidentemente, Yota era el gato. Solo le tocaba las narices al perro, y saldría corriendo si el perro se enfadaba. El albino dejó escapar un leve suspiro, y se llevó la mano a la cabellera. Su gesto resentido lo explicaba todo, pero se lo resolvería con palabras también.
—Cierto... aún no nos habíamos presentado. Mi nombre es Blame.— Resolvió la duda. —Yota, ¿ves tu alrededor? Antes de yo nacer, hacía años que ésta ciudad había sido destruida. Cuando mi madre murió, ya hacía años que hasta el último saqueador se había ido. ¿De verdad crees que hay algún antro donde quede una botella viva? Y lo mas importante... Si hubiese un lugar así, ¿Crees que no la habría vendido para ganarme unos cuantos ryos mas? Si quieres tomar algo, mínimo tenemos que ir a Notsuba.—
Suerte de que hasta conocía el lugar ese, lugar donde había tenido un encargo como guardaespaldas. Quizás con esas palabras Yota entrase en razón, pues lo contrario ya era absurdo. Además... ¿Por qué diablos le estaba dando tanta excusa? Con un simple corte certero esas tonterías se acabarían...