24/10/2020, 00:28
Ryūnosuke vio la mano de Zaide alzarse hacia él, y no se movió. Escuchó el sonido de mil pájaros chirriantes, y no se movió. Sintió la electricidad estática en su piel, y no se movió. ¿Acaso la montaña lo hacía, cuando una mosca volaba hacia ella? ¿Acaso el océano se molestaba en apartarse cuando alguien le lanzaba un guijarro?
No, claro que no.
—¿Tan pronto quieres perder otro ojo, Zaide?
Vio la duda asomando en su mirada. Zaide, el que no se muere, se había ganado aquel apodo por una razón: porque sabía las batallas que podía librar. Se creía la gran cosa, pero jamás se había metido en una pelea desfavorable. Siempre elegía el cuándo, el cómo y el quién. Por eso siempre se las había ingeniado para tener una vía de escape en caso de que las cosas saliesen mal. Sin embargo…
No estaba preparado para el Heraldo del Dragón.
—Se acerca una tormenta, Zaide. Una para la que no estás preparado. ¿Vas a atacar al único aliado que puede mantener la tormenta a raya? —preguntó, curioso—. No, no lo creo. Por encima de todo tú siempre quisiste vivir.
No, claro que no.
—¿Tan pronto quieres perder otro ojo, Zaide?
Vio la duda asomando en su mirada. Zaide, el que no se muere, se había ganado aquel apodo por una razón: porque sabía las batallas que podía librar. Se creía la gran cosa, pero jamás se había metido en una pelea desfavorable. Siempre elegía el cuándo, el cómo y el quién. Por eso siempre se las había ingeniado para tener una vía de escape en caso de que las cosas saliesen mal. Sin embargo…
No estaba preparado para el Heraldo del Dragón.
—Se acerca una tormenta, Zaide. Una para la que no estás preparado. ¿Vas a atacar al único aliado que puede mantener la tormenta a raya? —preguntó, curioso—. No, no lo creo. Por encima de todo tú siempre quisiste vivir.
![[Imagen: S0pafJH.png]](https://imgfz.com/i/thumbnail/S0pafJH.png)