24/10/2020, 02:22
Uchiha Zaide sacudió la cabeza. Kaido y su ardid para que Amegakure le dejase en paz. Sí, lo recordaba. Otohime se lo había contado en una de tantas noches aburridas en Ryūgū-jō. Y el artífice para hacer algo semejante había sido…
—¿El asesino, huh? Qué casualidad que me cuentes todo esto en este preciso momento, Ryū. Qué puta casualidad. Justo ahora para que nuestros intereses vuelvan a coincidir, ¿huh? ¡Para que te ayude con tu reconquista!
—Eso no implica que mis palabras sean falsas —replicó él, indiferente. Era tan jodidamente inexpresivo que a Zaide le costaba pillar sus tics. ¿Estaba diciendo la verdad? ¿O estaba mintiendo? ¿Importaba a aquellas alturas?—. Tu hermana no murió en combate, no tuvo el final que hubiese querido. Murió en un puto zulo, en una jaula en la que no podía ni estirarse para dormir, encima de su propia mierda, y alimentada por un tubo. Yo no la llegué a ver, lo descubrí más tarde. Pero vi al resto. Tu hermana fue una rata de laboratorio por tres meses antes de perecer tras los continuos experimentos de Kyūtsuki. Una de tantas. Fue ella, Zaide. Yo cargué con la culpa porque la creía un bien valioso para el grupo y no quería que la acabases matando. Al final resultó que nos la jugó a los dos.
—¿El asesino, huh? Qué casualidad que me cuentes todo esto en este preciso momento, Ryū. Qué puta casualidad. Justo ahora para que nuestros intereses vuelvan a coincidir, ¿huh? ¡Para que te ayude con tu reconquista!
—Eso no implica que mis palabras sean falsas —replicó él, indiferente. Era tan jodidamente inexpresivo que a Zaide le costaba pillar sus tics. ¿Estaba diciendo la verdad? ¿O estaba mintiendo? ¿Importaba a aquellas alturas?—. Tu hermana no murió en combate, no tuvo el final que hubiese querido. Murió en un puto zulo, en una jaula en la que no podía ni estirarse para dormir, encima de su propia mierda, y alimentada por un tubo. Yo no la llegué a ver, lo descubrí más tarde. Pero vi al resto. Tu hermana fue una rata de laboratorio por tres meses antes de perecer tras los continuos experimentos de Kyūtsuki. Una de tantas. Fue ella, Zaide. Yo cargué con la culpa porque la creía un bien valioso para el grupo y no quería que la acabases matando. Al final resultó que nos la jugó a los dos.