28/10/2020, 00:47
Los tiempos que corrían eran difíciles, o al menos eso escuchaba la kunoichi. Por su parte, apenas salía de la aldea, y para cuando lo hacía no era más que para algún cometido de la villa y volvía tan presta como podía. Pero si, a sus oídos había llegado los grandes problemas y cambios que andaba sumiendo todo Onindo en el caos poco a poco. Guerras civiles, terror y caos, por resumir. Todo el mundo parecía estar tomando carrerilla hacia un final incierto, pero para nada agradable.
—Ésto ya casi está... —Se dijo a sí misma, totalmente convencida.
La chica ladeó el rostro, observando con detenimiento la fuente que tenía frente a ella. Volvió a mirar su cuaderno, y lanzó un par de trazados más, dando un poco de profundidad al agua que caía desde la fuente. Volvió a mirar la fuente, y sonrió. No tardó en volver su mirada al dibujo que tenía entre manos, tomó la goma maleable del estuche, e hizo un par de borrones bien limitados sobre el agua, dando a ésta un efusivo toque realista.
Sí, ésta era la manera en que la pelirroja sacaba un poco la cabeza de los comentarios y el desdén que se vivía en éstos días. Un dibujo, y la concentración que le llevaba en ello, la sacaba de ese mundo y la llevaba a un lugar donde no había más preocupaciones que plasmar aquello que tenía a la vista.
—Éste está quedando bastante mejor que el anterior. —Se dijo a sí misma de nuevo, en un monologo que llevaba tiempo lidiando.
Y allí estaba ella, en el suelo del parque sentada, con sus artilujios y sus ideales. Centrada en plasmar la fuente del parque que había al norte de Uzu, en mitad de una tarde que lamentablemente no tardaría en apagarse.
—Ésto ya casi está... —Se dijo a sí misma, totalmente convencida.
La chica ladeó el rostro, observando con detenimiento la fuente que tenía frente a ella. Volvió a mirar su cuaderno, y lanzó un par de trazados más, dando un poco de profundidad al agua que caía desde la fuente. Volvió a mirar la fuente, y sonrió. No tardó en volver su mirada al dibujo que tenía entre manos, tomó la goma maleable del estuche, e hizo un par de borrones bien limitados sobre el agua, dando a ésta un efusivo toque realista.
Sí, ésta era la manera en que la pelirroja sacaba un poco la cabeza de los comentarios y el desdén que se vivía en éstos días. Un dibujo, y la concentración que le llevaba en ello, la sacaba de ese mundo y la llevaba a un lugar donde no había más preocupaciones que plasmar aquello que tenía a la vista.
—Éste está quedando bastante mejor que el anterior. —Se dijo a sí misma de nuevo, en un monologo que llevaba tiempo lidiando.
Y allí estaba ella, en el suelo del parque sentada, con sus artilujios y sus ideales. Centrada en plasmar la fuente del parque que había al norte de Uzu, en mitad de una tarde que lamentablemente no tardaría en apagarse.