31/10/2020, 12:02
—No se puede abrir la puerta desde aquí. La tuviste que haber cerrado desde ese lado, supongo.
La puerta se abrió como si nada, aunque el Hozuki pensó que había sido la persona que estaba del otro lado. Lo que este no sabía, es que la puerta se había abierto sola, o eso parecía.
Para su sorpresa, la otra persona que se había metido a la casa era, ni mas ni menos, que el shinobi con el que se había cruzado hace un rato. Ese tipo que había logrado captar su atención por unos momentos, es la otra persona que se animó a meterse a resolver el misterio detrás de la casa.
—Gracias por abrir. — Suspiró aliviado, ya sabiendo quien era el otro incursor del lugar.
Luego de cruzar el umbral de la puerta, paso caminando por el costado del Inuzuka. Introduciéndose al lugar, miraba detalladamente todo lo que se encontraba en la sala. Aunque no pudo evitar ver al enorme animal que se encontraba en medio de la sala, al parecer reconociendo el lugar o buscando algo en específico.
—Al parecer ya nos cruzamos. Pero, por lo que sea, no nos pudimos presentar. Soy Isamu, ¿tú?— Se volteó, para mirarlo y extenderle la mano en señal de saludo.
Se volteó nuevamente y se fue moviendo hacía el centro de la sala, quedando a unos metros de Akane.
—¿Es tu mascota? — Preguntó, señalando al perro con el dedo índice. Parecía haberlo visto ya acompañado del mismo, pero quería simplemente confirmar que esto era así.
El lugar no tenía nada de especial hasta el momento. Parecía ser una casa normal, quizás algo vieja o descuidada y venida abajo. Sin saber mucho por donde empezar, se fue para uno de los lados, viendo detalladamente los cuadros que habían, específicamente uno que tenía un paisaje invernal. Eso era lo que más le llamaba la atención.
—¿Están buscando algo en específico? ¿O simplemente se metieron acá para ver si era cierto lo que se dice? — Preguntó sin muchas vueltas, sin dejar de prestarle atención al cuadro.
La puerta se abrió como si nada, aunque el Hozuki pensó que había sido la persona que estaba del otro lado. Lo que este no sabía, es que la puerta se había abierto sola, o eso parecía.
Para su sorpresa, la otra persona que se había metido a la casa era, ni mas ni menos, que el shinobi con el que se había cruzado hace un rato. Ese tipo que había logrado captar su atención por unos momentos, es la otra persona que se animó a meterse a resolver el misterio detrás de la casa.
—Gracias por abrir. — Suspiró aliviado, ya sabiendo quien era el otro incursor del lugar.
Luego de cruzar el umbral de la puerta, paso caminando por el costado del Inuzuka. Introduciéndose al lugar, miraba detalladamente todo lo que se encontraba en la sala. Aunque no pudo evitar ver al enorme animal que se encontraba en medio de la sala, al parecer reconociendo el lugar o buscando algo en específico.
—Al parecer ya nos cruzamos. Pero, por lo que sea, no nos pudimos presentar. Soy Isamu, ¿tú?— Se volteó, para mirarlo y extenderle la mano en señal de saludo.
Se volteó nuevamente y se fue moviendo hacía el centro de la sala, quedando a unos metros de Akane.
—¿Es tu mascota? — Preguntó, señalando al perro con el dedo índice. Parecía haberlo visto ya acompañado del mismo, pero quería simplemente confirmar que esto era así.
El lugar no tenía nada de especial hasta el momento. Parecía ser una casa normal, quizás algo vieja o descuidada y venida abajo. Sin saber mucho por donde empezar, se fue para uno de los lados, viendo detalladamente los cuadros que habían, específicamente uno que tenía un paisaje invernal. Eso era lo que más le llamaba la atención.
—¿Están buscando algo en específico? ¿O simplemente se metieron acá para ver si era cierto lo que se dice? — Preguntó sin muchas vueltas, sin dejar de prestarle atención al cuadro.
Hablar — «Pensar»