31/10/2020, 17:41
Con el dibujo en stand by, y siendo que ahora su concentración se había diluido, la chica comenzó a notar un poco el frío invernal. Si bien ella había salido a mediodía, y el calor de la tarde la había favorecido, el ocaso no estaba siendo para nada afectuoso. De hecho, un escalofrío le recorrió el cuerpo.
Eri se rascó la nuca, en lo que reconocía que entre el entrenamiento, las misiones y el estudio apenas tenía tiempo. La verdad, era toda una sorpresa, ¿acaso no están los jonin en la cúspide de la carrera como shinobi? Debía ser una lata no descansar ni estando en lo más alto. Aunque en cierto modo, las artes ninjas son inescrutables, parecían no tener límites en su amplitud... era casi comprensible que nunca puedas descansar en su aprendizaje, siempre había algo nuevo.
—La verdad, he estado últimamente investigando y entrenando kamijutsu, ese arte ninja que al parecer dominaba hacía tiempo controlando papeles y movidas raras... —contestó a la pregunta de Eri. —Aunque es una verdadera lata, es super extraño. Ya casi me había acostumbrado al fuinjutsu y al kenjutsu.
»Oye, ¿no hace un poco de frío aquí? —La preugnta tenía una respuesta más que obvia, y más para la jonin, que andaba sobre-abrigada.
A todo ésto, un chico que curiosamente se parecía en porte a Datsue se acercó a ellas. Tenía un caminar confiado, y una carismática sonrisa, que destacaba en un rostro jovial. Vestía un pantalón vaquero, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negro, que compaginaba con el color de su larga cabellera.
—Buenas tardes, chicas. Perdón por interrumpir, pero vengo a ofrecerles una oferta que no podrán rechazar —aseguró.
«A ver con qué nos sale éste...» Pensó la pelirroja en lo que aguantaba a escuchar la oferta sin soltar palabra.
»Estamos promocionando La taberna del Payaso, que recién abre hoy sus puertas. Está situada a escasos metros de aquí, junto a la pastelería Koke-delicias. La oferta es una bebida gratis por entrar, que también es gratis por ser la inauguración, y la posibilidad de participar en la contienda de chistes malos. El primer premio son 1000 ryos, el segundo 600, y el tercero 200. Además, ¿qué mejor manera de pasar la tarde que echándose unas risas en un lugar calentito y con un refresco gratis?
Aiko miró en primera instancia a Eri, y tras ello volvió a mirar al chico —L-la verdad... suena bastante bien.
Eri se rascó la nuca, en lo que reconocía que entre el entrenamiento, las misiones y el estudio apenas tenía tiempo. La verdad, era toda una sorpresa, ¿acaso no están los jonin en la cúspide de la carrera como shinobi? Debía ser una lata no descansar ni estando en lo más alto. Aunque en cierto modo, las artes ninjas son inescrutables, parecían no tener límites en su amplitud... era casi comprensible que nunca puedas descansar en su aprendizaje, siempre había algo nuevo.
—La verdad, he estado últimamente investigando y entrenando kamijutsu, ese arte ninja que al parecer dominaba hacía tiempo controlando papeles y movidas raras... —contestó a la pregunta de Eri. —Aunque es una verdadera lata, es super extraño. Ya casi me había acostumbrado al fuinjutsu y al kenjutsu.
»Oye, ¿no hace un poco de frío aquí? —La preugnta tenía una respuesta más que obvia, y más para la jonin, que andaba sobre-abrigada.
A todo ésto, un chico que curiosamente se parecía en porte a Datsue se acercó a ellas. Tenía un caminar confiado, y una carismática sonrisa, que destacaba en un rostro jovial. Vestía un pantalón vaquero, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negro, que compaginaba con el color de su larga cabellera.
—Buenas tardes, chicas. Perdón por interrumpir, pero vengo a ofrecerles una oferta que no podrán rechazar —aseguró.
«A ver con qué nos sale éste...» Pensó la pelirroja en lo que aguantaba a escuchar la oferta sin soltar palabra.
»Estamos promocionando La taberna del Payaso, que recién abre hoy sus puertas. Está situada a escasos metros de aquí, junto a la pastelería Koke-delicias. La oferta es una bebida gratis por entrar, que también es gratis por ser la inauguración, y la posibilidad de participar en la contienda de chistes malos. El primer premio son 1000 ryos, el segundo 600, y el tercero 200. Además, ¿qué mejor manera de pasar la tarde que echándose unas risas en un lugar calentito y con un refresco gratis?
Aiko miró en primera instancia a Eri, y tras ello volvió a mirar al chico —L-la verdad... suena bastante bien.