17/11/2020, 17:42
Para cuando ambas chicas se sentaron, la Uzumaki coincidió en el tema de los chistes, afirmando que los suyos también eran malos. Sin demora, ésta le propuso calentar motores, nada mas y nada menos que contándole uno de sus chistes. La inmortal desvió por un instante la mirada hacia la esquina inferior derecha, en lo que pasaba el pulgar de su diestra por su mentón dibujando un par de círculos. Sin duda trataba de recordar algún chiste de su escaso repertorio.
—Va.... ya tengo uno —aclaró, en lo que volvía a mirar a Eri. —¿Sabes que le dice una chinche a otra chinche?
»Te amo chincheramente...
Dejó pasar un segundo o dos, y sonrió, tratando de darle más empuje a un chiste tan malo como pegarle a un abuelo con un calcetín mojado. La verdad, en una competición de chistes malos, Aiko era casi una profesional... quizás demasiado.
¿Se lanzaría Eri también con uno para calentar?
—Va.... ya tengo uno —aclaró, en lo que volvía a mirar a Eri. —¿Sabes que le dice una chinche a otra chinche?
»Te amo chincheramente...
Dejó pasar un segundo o dos, y sonrió, tratando de darle más empuje a un chiste tan malo como pegarle a un abuelo con un calcetín mojado. La verdad, en una competición de chistes malos, Aiko era casi una profesional... quizás demasiado.
¿Se lanzaría Eri también con uno para calentar?