21/11/2020, 12:32
Apartó, finalmente, la mirada de aquel cuadro que tan raro lo ponía. Quizás ya sin ideas, se movió hacia un lado de los cuadros y suspiró levemente. Observaba como Etsu, luego de intentar abrir ambas puertas, fracasó y cambiaba de objetivo al que se dirigía. Lamentablemente, daba la casualidad que ambas puertas estaban cerradas por dentro.
El Inuzuka parecía tener la misma impresión que él, aunque parecía que no iba a rendirse tan temprano. Este camino hasta los cuadros, revisándolos esta vez por su cuenta y fijándose si podía encontrar algún detalle que se le habrá pasado por alto a Isamu.
—No se bien si esos cuadros hacen referencia a algo. — Soltó, por si le podía servir de algo. —O, puede ser, que simpl-.
De repente, luego de un ruido raro que provenía de ese cuadro, se cerró la entrada y la chimenea se prendió. Por estar algo desconcentrado, el Hōzuki reaccionó con un buen sobresalto y dando pasos hacia atrás, pensando que algo más iba a pasar. Viendo que solo era eso, se tranquilizó lentamente y suspiró nuevamente. Se dio vuelta, mirando el cuadro y notando que el otro chico había tocado eso que sobresalía.
—No pensé que era para eso, sinceramente.
Comenzó a caminar hacia el lado de la chimenea, esta vez prestándole atención a los jarrones que posaban cerca de esta.
—¿Ya revisaste esto? — Señaló los jarrones y, posteriormente, se acercó a revisar cada uno. Tomó uno por uno y los revisó, al parecer sin que estos tengan nada en especial. Terminó apoyándolos nuevamente, sin notar que estos sirvan sinceramente de algo.
Al dejar los jarrones, por descarte, miró de reojo una de las puertas que estaban a los costados de la chimenea. «¿Y si...?» Se acercó a la puerta que estaba a su derecha y dirigió su mano directamente al picaporte. Al hacer el movimiento, notó como está, como por arte de magia, se había abierto.
—Creo que podemos avanzar. — Volteó, viendo a Etsu, sin terminar de abrir la puerta por completo.
El Inuzuka parecía tener la misma impresión que él, aunque parecía que no iba a rendirse tan temprano. Este camino hasta los cuadros, revisándolos esta vez por su cuenta y fijándose si podía encontrar algún detalle que se le habrá pasado por alto a Isamu.
—No se bien si esos cuadros hacen referencia a algo. — Soltó, por si le podía servir de algo. —O, puede ser, que simpl-.
De repente, luego de un ruido raro que provenía de ese cuadro, se cerró la entrada y la chimenea se prendió. Por estar algo desconcentrado, el Hōzuki reaccionó con un buen sobresalto y dando pasos hacia atrás, pensando que algo más iba a pasar. Viendo que solo era eso, se tranquilizó lentamente y suspiró nuevamente. Se dio vuelta, mirando el cuadro y notando que el otro chico había tocado eso que sobresalía.
—No pensé que era para eso, sinceramente.
Comenzó a caminar hacia el lado de la chimenea, esta vez prestándole atención a los jarrones que posaban cerca de esta.
—¿Ya revisaste esto? — Señaló los jarrones y, posteriormente, se acercó a revisar cada uno. Tomó uno por uno y los revisó, al parecer sin que estos tengan nada en especial. Terminó apoyándolos nuevamente, sin notar que estos sirvan sinceramente de algo.
Al dejar los jarrones, por descarte, miró de reojo una de las puertas que estaban a los costados de la chimenea. «¿Y si...?» Se acercó a la puerta que estaba a su derecha y dirigió su mano directamente al picaporte. Al hacer el movimiento, notó como está, como por arte de magia, se había abierto.
—Creo que podemos avanzar. — Volteó, viendo a Etsu, sin terminar de abrir la puerta por completo.
Hablar — «Pensar»