1/12/2020, 03:35
El borracho le lanzó una mirada extraña a Juro.
—Variopinto, ¿huh? Fíjate bien —dijo, tratando de señalar la huella. Con lo grande que era hasta con la vista nublada era imposible de fallar—. Será la huella de un gorila… pero triplica el tamaño del que dejaría una mano adulta.
Semejante dato parecía haber espantado parte de la borrachera de aquel hombre.
—Mi niña… ¡Tenemos que ir cuanto antes! —exclamó Kiro, con la voz a punto de rompérsele.
El hombre ebrio se irguió, tambaleándose momentáneamente por lo abrupto del movimiento, y avanzó siguiendo el rastro. No hacía falta ser muy buen cazador para no perderlo: no solo había arbustos aplastados y ramitas partidas, sino que incluso había algunos troncos doblados por la fiereza de aquella bestia.
Tuvieron que caminar por veinte largos minutos hasta que atravesaron la selva y empezaron a subir por la ladera de una montaña. Allí, hallaron una cueva no muy escondida. El hombre de pelo largo se agachó un momento para recoger algo, y luego se lo dio a Juro.
Era una placa con el símbolo de Uzu grabado, empapada de una masa viscosa, como si algo lo hubiese vomitado.
—Sea lo que sea ese monstruo, está ahí dentro —apostó, señalando la entrada de la cueva.
—Variopinto, ¿huh? Fíjate bien —dijo, tratando de señalar la huella. Con lo grande que era hasta con la vista nublada era imposible de fallar—. Será la huella de un gorila… pero triplica el tamaño del que dejaría una mano adulta.
Semejante dato parecía haber espantado parte de la borrachera de aquel hombre.
—Mi niña… ¡Tenemos que ir cuanto antes! —exclamó Kiro, con la voz a punto de rompérsele.
El hombre ebrio se irguió, tambaleándose momentáneamente por lo abrupto del movimiento, y avanzó siguiendo el rastro. No hacía falta ser muy buen cazador para no perderlo: no solo había arbustos aplastados y ramitas partidas, sino que incluso había algunos troncos doblados por la fiereza de aquella bestia.
Tuvieron que caminar por veinte largos minutos hasta que atravesaron la selva y empezaron a subir por la ladera de una montaña. Allí, hallaron una cueva no muy escondida. El hombre de pelo largo se agachó un momento para recoger algo, y luego se lo dio a Juro.
Era una placa con el símbolo de Uzu grabado, empapada de una masa viscosa, como si algo lo hubiese vomitado.
—Sea lo que sea ese monstruo, está ahí dentro —apostó, señalando la entrada de la cueva.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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