18/12/2020, 03:32
Como se lo imaginaba, el señor Shiroshika no parecía en lo absoluto contento con el pelirrojo, y era normal, pues no había conseguido siquiera arrancar apropiadamente.
Su hijo, por otro lado, se acercó a Toshio y le dio ánimos antes de permitirle volver a avanzar.
— Tranquilo, lo tengo. —Dijo el chico, antes de empezar a tirar con todas sus fuerzas.
«¡Venga, Toshio, tú puedes!»
El genin se animaba mentalmente para darse confianza con cada paso que daba, esforzándose en mantener un ritmo mientras tiraba de la carreta.
Su hijo, por otro lado, se acercó a Toshio y le dio ánimos antes de permitirle volver a avanzar.
— Tranquilo, lo tengo. —Dijo el chico, antes de empezar a tirar con todas sus fuerzas.
«¡Venga, Toshio, tú puedes!»
El genin se animaba mentalmente para darse confianza con cada paso que daba, esforzándose en mantener un ritmo mientras tiraba de la carreta.