20/12/2020, 17:14
Juro no entendió muy bien lo que estaba ocurriendo hasta que fue demasiado tarde. El hombre realizó una técnica de reemplazo (¿Cómo no se le había ocurrido algo así?) y repentinamente, la figura que tenía al lado ya no era la suya, sino la de una niña pequeña. Estaba tirada en el suelo y no se movía, pero respiraba. El marionetista sintió un mayor alivio de lo que quiso admitir. El solo pensar que una persona tan joven haya tenido que enfrentar sola en mitad de la oscuridad a una criatura tan terrible...
Pero entonces, la bestia atacó, y Juro pudo escuchar el quejido del hombre. Algo había salido mal. El maldito alcohol le había condenado.
La chica estaba a su lado. Misión cumplida, sí, pero ahora estaba en las mismas: no podía abandonar a aquel que tan valientemente había arriesgado su vida para salvarla.
« Está claro que tiene bastante habilidad y ha podido sobrevivir al golpe. Pero en su estado, no va a poder pelear » — Herido y borracho, estaba a merced del monstruo.
Juro hizo un sello y al momento, de una repentina nube de humo surgió un clon idéntico a él. El clon se echó a la niña a los hombros y corrió en dirección contraria, con todo el cuidado del que disponía para evitar tropezar en la oscuridad. Su objetivo era llegar hasta la superficie y poder devolverla con su padre. Era consciente de que el tiempo apremiaba y que el verdadero Juro necesitaría todo el chakra disponible para acabar con la criatura. Por eso corría. En cuanto cumpliera su cometido, desaparecería. Si podía quitar a esta familia de en medio, las circunstancias irían a su favor.
Pero el auténtico Juro no se quedó de brazos cruzados. Mientras su clon escapaba, se adentró en la boca del lobo, para salvar a aquel hombre caído.
Necesitaba que esa bestia posara su atención en él. Aprovechando el factor sorpresa, hizo cuatro sellos y el marionetista disparó una cuchilla de viento concentrado de su boca, que recorrió en un instante los casi diez metros que le separaban del monstruo. Iba directa hacia su enorme cuerpo, un acierto seguro. En un humano, esta técnica causaría estragos, pero en una cosa tan grande no estaba seguro de hasta donde le afectaría.
De cualquier manera, tenía que estar preparado. Trató de disimular el agotamiento que el gasto intenso de chakra le estaba provocando, para concentrarse en la respuesta de su oponente.
Pero entonces, la bestia atacó, y Juro pudo escuchar el quejido del hombre. Algo había salido mal. El maldito alcohol le había condenado.
La chica estaba a su lado. Misión cumplida, sí, pero ahora estaba en las mismas: no podía abandonar a aquel que tan valientemente había arriesgado su vida para salvarla.
« Está claro que tiene bastante habilidad y ha podido sobrevivir al golpe. Pero en su estado, no va a poder pelear » — Herido y borracho, estaba a merced del monstruo.
Juro hizo un sello y al momento, de una repentina nube de humo surgió un clon idéntico a él. El clon se echó a la niña a los hombros y corrió en dirección contraria, con todo el cuidado del que disponía para evitar tropezar en la oscuridad. Su objetivo era llegar hasta la superficie y poder devolverla con su padre. Era consciente de que el tiempo apremiaba y que el verdadero Juro necesitaría todo el chakra disponible para acabar con la criatura. Por eso corría. En cuanto cumpliera su cometido, desaparecería. Si podía quitar a esta familia de en medio, las circunstancias irían a su favor.
Pero el auténtico Juro no se quedó de brazos cruzados. Mientras su clon escapaba, se adentró en la boca del lobo, para salvar a aquel hombre caído.
Necesitaba que esa bestia posara su atención en él. Aprovechando el factor sorpresa, hizo cuatro sellos y el marionetista disparó una cuchilla de viento concentrado de su boca, que recorrió en un instante los casi diez metros que le separaban del monstruo. Iba directa hacia su enorme cuerpo, un acierto seguro. En un humano, esta técnica causaría estragos, pero en una cosa tan grande no estaba seguro de hasta donde le afectaría.
De cualquier manera, tenía que estar preparado. Trató de disimular el agotamiento que el gasto intenso de chakra le estaba provocando, para concentrarse en la respuesta de su oponente.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60