13/01/2021, 00:01
Juro pudo respirar un poco más tranquilo en cuanto supo la verdad: aquello era la casa de Kumopansa y probablemente más arañas como ella. Estar en su nido era una perspectiva un poco tétrica, pero mucho mejor que la de encontrarse de frente con un escuadrón de shinobis armados contra él. Siempre estaba la perspectiva de ser perseguido, claro, pero de momento, confiaba en su suerte.
— ¿De qué tiempos hablas?
La contestación del arácnido fue como un jarro de agua fría hacia él. Fuera o no en serio, tuviera o no un sentido, aquello le dolió. Juro había atesorado esos recuerdos muy profundamente en su corazón y esa clase de contestación parecía querer quitarles valor.
— Unos tiempos donde reíamos y luchábamos codo con codo ante las adversidades. Nuestros mayores problemas eran las discusiones que solíamos tener por el mal genio de Yota. Nos encantaba medir nuestras fuerzas, competir, y soñar con el futuro. Eran mucho más sencillos y felices — disimuló la mueca que había hecho, prueba de la herida que acababa de recibir. Aun así, su voz sonaba ligeramente apenada —. Pero entiendo que no lo recuerdes. Ha llovido mucho desde entonces.
La verdad es que Juro no sabía que hacer. Quedarse ahí sería confrontar a Yota. Pero ya había sido descubierto y Kumopansa correría a contarle todo de cualquier manera. ¿No sería peor entonces desaparecer y dejar claro que no quiere verle? ¿Y si le persiguieran?
« Ya he tomado una decisión. Debo de ser valiente con ello »
Mientras tanto, la araña le estaba dando conversación, desde luego. Las pullas iban y venían y el marionetista las encajaba como mejor podía. De todas formas, no había esperado una conversación tranquila y sosegada. Que no le saltaran al cuello era ya un mérito.
— Yo también he estado pensando. Supongo que en eso somos iguales. En el día en que todo eso ocurrió.... bueno, no. Mi memoria siempre me lleva al día en el que el Morikage decidió sellar el bijuu en mí — Juro suspiró —. Todo habría sido tan jodidamente fácil si simplemente hubieran cogido a otra persona.
» Créeme, lo sé. Sé que no solo he destruido mi vida, sino que he jodido a muchas personas. A los que dejé atrás. Ese es uno de mis pecados más grandes. Pero el pasado no puede cambiarse, por mucho que quiera.
— ¿De qué tiempos hablas?
La contestación del arácnido fue como un jarro de agua fría hacia él. Fuera o no en serio, tuviera o no un sentido, aquello le dolió. Juro había atesorado esos recuerdos muy profundamente en su corazón y esa clase de contestación parecía querer quitarles valor.
— Unos tiempos donde reíamos y luchábamos codo con codo ante las adversidades. Nuestros mayores problemas eran las discusiones que solíamos tener por el mal genio de Yota. Nos encantaba medir nuestras fuerzas, competir, y soñar con el futuro. Eran mucho más sencillos y felices — disimuló la mueca que había hecho, prueba de la herida que acababa de recibir. Aun así, su voz sonaba ligeramente apenada —. Pero entiendo que no lo recuerdes. Ha llovido mucho desde entonces.
La verdad es que Juro no sabía que hacer. Quedarse ahí sería confrontar a Yota. Pero ya había sido descubierto y Kumopansa correría a contarle todo de cualquier manera. ¿No sería peor entonces desaparecer y dejar claro que no quiere verle? ¿Y si le persiguieran?
« Ya he tomado una decisión. Debo de ser valiente con ello »
Mientras tanto, la araña le estaba dando conversación, desde luego. Las pullas iban y venían y el marionetista las encajaba como mejor podía. De todas formas, no había esperado una conversación tranquila y sosegada. Que no le saltaran al cuello era ya un mérito.
— Yo también he estado pensando. Supongo que en eso somos iguales. En el día en que todo eso ocurrió.... bueno, no. Mi memoria siempre me lleva al día en el que el Morikage decidió sellar el bijuu en mí — Juro suspiró —. Todo habría sido tan jodidamente fácil si simplemente hubieran cogido a otra persona.
» Créeme, lo sé. Sé que no solo he destruido mi vida, sino que he jodido a muchas personas. A los que dejé atrás. Ese es uno de mis pecados más grandes. Pero el pasado no puede cambiarse, por mucho que quiera.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60