13/01/2016, 14:07
Asomada sobre la borda de un navío comercial, se encontraba Mitsuki con los brazos apoyados sobre la baranda de madera dejando su cabeza descansar sobre sus manos. Una vez más, la joven había sido enviada como correo por Uzushiogakure. Se podría decir que parecía haber encontrado su hueco entre las filas de la Villa y la verdad es que no le disgustaba su posición, gracias a ella había podido ver bastante mundo, además de poder acompañar al señor Koshikawa en misión diplomática al País de la Tierra.
Esta vez, su destino no era el continente. En esta ocasión debía de entrevistarse con el presidente del sindicato de empresarios del té. Como era habitual en sus encargos, no era nada de vital importancia tan sólo un trámite habitual mediante el cual se renovaban los compromisos entre ambas partes.
La mayoría de los shinobi hubiesen considerado aquel tipo de trabajo como una carga o algo que mejor evitar, por suerte para Mitsuki ella además era una futura shijou y sabía apreciar el valor que puede tener una simple reunión.
El día había levantado bastante bien, el viento iba a favor y el Sol parecía predominar sobre un cielo con apenas nubes. No se podía pedir nada más para un viaje en barco que eso, viento y buen tiempo. Aunque la joven tenía muy presente lo que el viejo capitán Raizo
En estos mares el tiempo puede cambiar en cualquier momento, de repente y sin avisar
La peliblanca elevó su mirada un tanto preocupada, tratando de encontrar algún indicio de inestabilidad. Luego recordó que ella no entendía mucho de climatología, así que el esfuerzo había sido en vano. Tras esto la joven sintió un poco de nostalgia, al recordar al viejo capitán y a su tripulación. No paso mucho tiempo entre ellos, aún así guardaba muy buen recuerdo.
Esta vez, su destino no era el continente. En esta ocasión debía de entrevistarse con el presidente del sindicato de empresarios del té. Como era habitual en sus encargos, no era nada de vital importancia tan sólo un trámite habitual mediante el cual se renovaban los compromisos entre ambas partes.
La mayoría de los shinobi hubiesen considerado aquel tipo de trabajo como una carga o algo que mejor evitar, por suerte para Mitsuki ella además era una futura shijou y sabía apreciar el valor que puede tener una simple reunión.
El día había levantado bastante bien, el viento iba a favor y el Sol parecía predominar sobre un cielo con apenas nubes. No se podía pedir nada más para un viaje en barco que eso, viento y buen tiempo. Aunque la joven tenía muy presente lo que el viejo capitán Raizo
En estos mares el tiempo puede cambiar en cualquier momento, de repente y sin avisar
La peliblanca elevó su mirada un tanto preocupada, tratando de encontrar algún indicio de inestabilidad. Luego recordó que ella no entendía mucho de climatología, así que el esfuerzo había sido en vano. Tras esto la joven sintió un poco de nostalgia, al recordar al viejo capitán y a su tripulación. No paso mucho tiempo entre ellos, aún así guardaba muy buen recuerdo.