14/01/2021, 19:15
Koji se exaltó, no era común que le preguntasen por su vida antes de su llegada a la villa, y la verdad, es que tampoco sabía muy bien que decir, no quería revelar más información de la que debería.
—Vengo de lo profundo del bosque que hay a las afueras de la villa, si no recuerdo mal lo llamáis Bosque de Hongos, mi familia ha vivido oculta en él durante mucho tiempo.
Koji se detuvo un segundo mientras pensaba si fue difícil, la verdad es que siempre hubo épocas, la primavera siempre traía bonanza, los árboles daban frutos, los animales pequeños salían de sus madrigueras, y los grandes que solían migrar habían regresado. El invierno en cambio era muy duro, el alimento escaseaba y las lluvias caían sin parar, lo que dificultaba poder hacer fuegos para protegerse del frío. Muchos Kaguya habían muerto durante esas épocas, algunos de hambre, otros en accidentes mientras buscaban algo que llevarse a la boca, y el asentamiento donde vivían había sido tragado por repentinas riadas.
—La vida en el bosque no es fácil, pero somos gente dura, nos hemos acostumbrado y sabemos sobrevivir, aunque claro si estoy aquí es para que esa vida dura pueda llegar a su fin, mi objetivo es sacar a mi familia de su escondite, por así decirlo.
Terminó de hablar, y aunque estaba contando algo que a priori podría parecer triste, en su rostro no había ni rastro de dolor o pena, sabía que esa vida le había hecho ser quien era y estaba orgulloso de haberla vivido junto a su abuelo.
—Bueno pero basta de hablar de mi, cuéntame sobre ti y sobre cómo conociste al pequeño ninja que te acompaña.
—Vengo de lo profundo del bosque que hay a las afueras de la villa, si no recuerdo mal lo llamáis Bosque de Hongos, mi familia ha vivido oculta en él durante mucho tiempo.
Koji se detuvo un segundo mientras pensaba si fue difícil, la verdad es que siempre hubo épocas, la primavera siempre traía bonanza, los árboles daban frutos, los animales pequeños salían de sus madrigueras, y los grandes que solían migrar habían regresado. El invierno en cambio era muy duro, el alimento escaseaba y las lluvias caían sin parar, lo que dificultaba poder hacer fuegos para protegerse del frío. Muchos Kaguya habían muerto durante esas épocas, algunos de hambre, otros en accidentes mientras buscaban algo que llevarse a la boca, y el asentamiento donde vivían había sido tragado por repentinas riadas.
—La vida en el bosque no es fácil, pero somos gente dura, nos hemos acostumbrado y sabemos sobrevivir, aunque claro si estoy aquí es para que esa vida dura pueda llegar a su fin, mi objetivo es sacar a mi familia de su escondite, por así decirlo.
Terminó de hablar, y aunque estaba contando algo que a priori podría parecer triste, en su rostro no había ni rastro de dolor o pena, sabía que esa vida le había hecho ser quien era y estaba orgulloso de haberla vivido junto a su abuelo.
—Bueno pero basta de hablar de mi, cuéntame sobre ti y sobre cómo conociste al pequeño ninja que te acompaña.