15/01/2021, 12:08
No hubo más tiempo para conversar. Ni tratos, ni preguntas, ni amenazas. Al final, resultó que la tormenta no había pasado. Todo lo contrario. Esa sensación de falsa paz no significaba más que estaban dentro del ojo del huracán.
La bestia emergió de las rocas. Medio muerta, pero preparada para acabar con todos. Con los humanos que tenía delante, con los humanos de los alrededores. Con la misma isla si pudiera. Cuando vio las cabezas muertas o moribundas y a la del gorila, alcanzando el dominio completo del cuerpo, Juro supo que iba a acabar con todo. Esa bestia había vivido en agonía desde el momento que fue creada. Una estrategia kamikaze era lo más lógico.
Juro sintió escalofríos cuando sintió el poder que él también tenía. El que había asesinado a su kage y había destruido todo. El que casi se llevaba por delante la villa. No tenían ninguna oportunidad.
Podría haberse trasformado. Podría haber contrarrestado aquel poder con el suyo. Pero en cuanto hubiera pensado hacerlo, esa isla y todo lo que viviera en ella estaban más que terminados. El daño colateral se lo llevaría por delante, y la explosión acabaría con todo. No. No era la misma persona que un año antes y la destrucción masiva no era un arma que pensase utilizar a la ligera nuevamente.
Juro sabía dos cosas. La primera, que esa técnica requería concentración y amasar el chakra correctamente. Lo segundo, que esa cabeza no tenía ninguna clase de protección y era la única capaz de usar la técnica de manera funcional.
Su brazo izquierdo agarró algo del portaobjetos y con toda la fuerza disponible, lo lanzó. Era un veneno. En esta ocasión, mucho más refinado que el anterior. Una neurotoxina paralizante. Esa técnica era rápida, pero aún así, necesitaba un poco de tiempo y esfuerzo. El veneno recortaría distancias rapidamente y explotaría justo frente al cuerpo superior de la criatura, dando a parar a sus cabezas. Si funcionaba, no podría moverla. Y por tanto, no podría atacarlos.
Pero había muchas cosas que podían salir mal. Si la proporción se volvía inestable, podía explotar. Si el veneno no funcionaba, morirían.
— ¡Por favor agarrate y aguanta el dolor! — Y sin decir nada más, Juro agarró por la cintura al Uchiha, y al instante, dos de sus colas se transformaron en versiones imperfectas de las alas de un insecto, que comenzaron a moverse toda velocidad. El brazo izquierdo de Juro, el que no estaba agarrandole, se extendió, formando un brazo de puro chakra que se apoyó en el suelo, y al instante, se alargó, sirviendo de punto de apoyo para que los dos cogieran altura más rápidamente, hasta cinco metros de altura.
Una vez alzaron el vuelo, ese mismo brazo usado para apoyarse se ramificó en dos brazos de chakra más, que al instante se lanzaron a por la criatura, que supuestamente debía de estar paralizada. Ambos se lanzaron a por la cabeza, buscando desgarrarla con sus uñas.
La bestia emergió de las rocas. Medio muerta, pero preparada para acabar con todos. Con los humanos que tenía delante, con los humanos de los alrededores. Con la misma isla si pudiera. Cuando vio las cabezas muertas o moribundas y a la del gorila, alcanzando el dominio completo del cuerpo, Juro supo que iba a acabar con todo. Esa bestia había vivido en agonía desde el momento que fue creada. Una estrategia kamikaze era lo más lógico.
«Sal de ahí. ¡Sal de ahí!»
Juro sintió escalofríos cuando sintió el poder que él también tenía. El que había asesinado a su kage y había destruido todo. El que casi se llevaba por delante la villa. No tenían ninguna oportunidad.
Podría haberse trasformado. Podría haber contrarrestado aquel poder con el suyo. Pero en cuanto hubiera pensado hacerlo, esa isla y todo lo que viviera en ella estaban más que terminados. El daño colateral se lo llevaría por delante, y la explosión acabaría con todo. No. No era la misma persona que un año antes y la destrucción masiva no era un arma que pensase utilizar a la ligera nuevamente.
Juro sabía dos cosas. La primera, que esa técnica requería concentración y amasar el chakra correctamente. Lo segundo, que esa cabeza no tenía ninguna clase de protección y era la única capaz de usar la técnica de manera funcional.
Su brazo izquierdo agarró algo del portaobjetos y con toda la fuerza disponible, lo lanzó. Era un veneno. En esta ocasión, mucho más refinado que el anterior. Una neurotoxina paralizante. Esa técnica era rápida, pero aún así, necesitaba un poco de tiempo y esfuerzo. El veneno recortaría distancias rapidamente y explotaría justo frente al cuerpo superior de la criatura, dando a parar a sus cabezas. Si funcionaba, no podría moverla. Y por tanto, no podría atacarlos.
Pero había muchas cosas que podían salir mal. Si la proporción se volvía inestable, podía explotar. Si el veneno no funcionaba, morirían.
— ¡Por favor agarrate y aguanta el dolor! — Y sin decir nada más, Juro agarró por la cintura al Uchiha, y al instante, dos de sus colas se transformaron en versiones imperfectas de las alas de un insecto, que comenzaron a moverse toda velocidad. El brazo izquierdo de Juro, el que no estaba agarrandole, se extendió, formando un brazo de puro chakra que se apoyó en el suelo, y al instante, se alargó, sirviendo de punto de apoyo para que los dos cogieran altura más rápidamente, hasta cinco metros de altura.
Una vez alzaron el vuelo, ese mismo brazo usado para apoyarse se ramificó en dos brazos de chakra más, que al instante se lanzaron a por la criatura, que supuestamente debía de estar paralizada. Ambos se lanzaron a por la cabeza, buscando desgarrarla con sus uñas.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60