22/01/2021, 13:41
(Última modificación: 22/01/2021, 13:42 por Tsukiyama Daigo.)
«Mierda».
Por más que lo intentase, el chico simplemente no conseguía encontrar la oportunidad de contraatacar para socorrer a la Uzujin.
«¡Mierda! ¡No puedo hacer nada!»
Daigo intentó sortear a los animales para llegar hasta la chica, que poco a poco conseguía el espacio suficiente para salir, pero rápidamente fue detenido por un zarpazo que lo mandó a volar varios metros, tumbándolo al suelo.
Al caer, tuvo que realizar un sello para soplar hacia sus pies, impulsándolo lejos del segundo perro, que se intentó abalanzar encima suyo para morderlo.
Siguiendo el movimiento, el chico puso una mano detrás suyo para ayudarse a levantarse con una voltereta, llevándose una sorpresa al ver que Eri también había conseguido levantarse.
—Da...igo... entreten...los...
Sonrió de oreja a oreja.
— ¡Cuenta conmigo!
Justo a tiempo para evitar que el animal se levantase para atacarla, Eri consiguió clavarle con fuerza su arma al perro, que murió instantáneamente a la vez Daigo impactaba con decenas de agujas eléctricas a otra de aquellas bestias.
Mientras sus compañeros empezaban a deshacerse poco a poco en unas motas anaranjadas de chakra, el tercer gebijuu no le dio un solo segundo de respirar al peliverde, que tuvo que saltar a un lado para evitar ser aplastado.
Por más que lo intentase, el chico simplemente no conseguía encontrar la oportunidad de contraatacar para socorrer a la Uzujin.
«¡Mierda! ¡No puedo hacer nada!»
Daigo intentó sortear a los animales para llegar hasta la chica, que poco a poco conseguía el espacio suficiente para salir, pero rápidamente fue detenido por un zarpazo que lo mandó a volar varios metros, tumbándolo al suelo.
Al caer, tuvo que realizar un sello para soplar hacia sus pies, impulsándolo lejos del segundo perro, que se intentó abalanzar encima suyo para morderlo.
Siguiendo el movimiento, el chico puso una mano detrás suyo para ayudarse a levantarse con una voltereta, llevándose una sorpresa al ver que Eri también había conseguido levantarse.
—Da...igo... entreten...los...
Sonrió de oreja a oreja.
— ¡Cuenta conmigo!
Justo a tiempo para evitar que el animal se levantase para atacarla, Eri consiguió clavarle con fuerza su arma al perro, que murió instantáneamente a la vez Daigo impactaba con decenas de agujas eléctricas a otra de aquellas bestias.
Mientras sus compañeros empezaban a deshacerse poco a poco en unas motas anaranjadas de chakra, el tercer gebijuu no le dio un solo segundo de respirar al peliverde, que tuvo que saltar a un lado para evitar ser aplastado.
![[Imagen: IMG-20210515-202948-586.png]](https://i.ibb.co/fqtcMG8/IMG-20210515-202948-586.png)
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.