31/01/2021, 14:24
Uno lucha por lo que quiere. Zaide reflexionó sobre la afirmación de Juro. Cuánto más viejo se hacía, más dudaba sobre dicha afirmación. ¿Luchaban los ninjas por lo que ellos querían, o por lo que querían sus Kages? Seguramente una gran parte del tiempo la respuesta podía ser sí a ambas, pero dudaba que fuese así siempre. En cada maldita misión. En cada puta orden.
Pero no solo los ninjas de las villas entraban en este saco. ¿Acaso los que renegaban al orden y la ley hacían siempre lo que querían? ¿Lo habían hecho sus propios compañeros de banda, andes de ser aplastados por Sekiryū? ¿O, en ocasiones, simplemente se dejaron arrastrar por sus discursos incendiarios y por la presión del grupo aún cuando no querían meterse en según qué fregados?
Al final, seguir al rebaño es más cómodo. Luchar en el bando de la mayoría es más fácil. Zaide estaba convencido de que, de tener la posibilidad de hablar uno a uno con una muestra de cien ninjas de las tres grandes villas, podría llegar a la idea común con más de ochenta de que el poder que atesoraban los Daimyōs por derecho de sangre era inherentemente injusto. Al final del día, sin embargo, volverían a sus casas y harían lo de siempre.
Sí, Morikage-sama.
A sus órdenes, Arashikage-sama.
Como desee, Uzukage-sama.
Porque, en la sociedad actual, era más fácil cortar el cuello a alguien por orden del Daimyō que preguntarle por qué cojones tenía él derecho a darle semejante orden.
Zaide sacudió la cabeza. Se había perdido en sus pensamientos y casi ni había escuchado la última pregunta de Juro.
—Más de lo que quisiera —replicó, extrañamente honesto, pero sin entrar en más detalles—. ¿Por qué luchaste tú? —preguntó, intrigado. En los carteles no aparecían los motivos de su exilio, y él nunca lo había llegado a descubrir—. Cuando vi semejante cantidad por tu cabeza, pensé que te habías tirado al amante del Morikage —soltó con sorna—. Pero fue algo más que eso, ¿huh?
Pero no solo los ninjas de las villas entraban en este saco. ¿Acaso los que renegaban al orden y la ley hacían siempre lo que querían? ¿Lo habían hecho sus propios compañeros de banda, andes de ser aplastados por Sekiryū? ¿O, en ocasiones, simplemente se dejaron arrastrar por sus discursos incendiarios y por la presión del grupo aún cuando no querían meterse en según qué fregados?
Al final, seguir al rebaño es más cómodo. Luchar en el bando de la mayoría es más fácil. Zaide estaba convencido de que, de tener la posibilidad de hablar uno a uno con una muestra de cien ninjas de las tres grandes villas, podría llegar a la idea común con más de ochenta de que el poder que atesoraban los Daimyōs por derecho de sangre era inherentemente injusto. Al final del día, sin embargo, volverían a sus casas y harían lo de siempre.
Sí, Morikage-sama.
A sus órdenes, Arashikage-sama.
Como desee, Uzukage-sama.
Porque, en la sociedad actual, era más fácil cortar el cuello a alguien por orden del Daimyō que preguntarle por qué cojones tenía él derecho a darle semejante orden.
Zaide sacudió la cabeza. Se había perdido en sus pensamientos y casi ni había escuchado la última pregunta de Juro.
—Más de lo que quisiera —replicó, extrañamente honesto, pero sin entrar en más detalles—. ¿Por qué luchaste tú? —preguntó, intrigado. En los carteles no aparecían los motivos de su exilio, y él nunca lo había llegado a descubrir—. Cuando vi semejante cantidad por tu cabeza, pensé que te habías tirado al amante del Morikage —soltó con sorna—. Pero fue algo más que eso, ¿huh?
![[Imagen: Uchiha-Zaide-eyes2.png]](https://i.ibb.co/gwnNShR/Uchiha-Zaide-eyes2.png)