9/02/2021, 16:12
Juro aguantó la mirada del Uchiha todo el tiempo que pudo, sin dejar que sus palabras le impresionaran. En el fondo, la verdad era otra cosa distinta. Lo que le estaba contando, a modo de anécdota, era algo horrible. Aquel hombre secuestraba ninjas y pedía rescate por ellos. No pudo evitar pensar en sus antiguos compañeros de villa, en su mejor amigo Yota, en Daigo, en su alumno Kazuma... y en él mismo, claro. No le hubiera gustado estar en el pellejo de la tal Sakamoto.
Supuso que era hipócrita después de los crímenes que él había cometido pero... era algo personal. Al fin y al cabo, él había sido un genin indefenso un día, con esperanzas y sueño. Solo esperó que todos aquellos secuestros hubieran tenido un final feliz para ellos también.
Lo que si que le sorprendió fue el final de la historia.
— El mojigato… ¡El mojigato era el jodido jinchūriki de Uzu! — exclamó, aunque Juro no pudo evitar darse por aludido. ¿Que habría sido de él si este capullo le hubiera secuestrado en su época? Pensarlo le provocaba nauseas.
Aun así, sintió una enorme curiosidad. ¿Se refiería a Uchiha Datsue? ¿O quizá al segundo jinchūriki cuando existieron dos? ¿Aquel era el mojigato del que hablaba? Había partes de la historia de Uzushiogakure que se le escapaban, por lo que decidió no indagar mucho en el tema.
— No jodas — Alzó las cejas, sorprendido. Luego se dio cuenta del vocabulario que estaba usando. Aquellos ambientes turbios le estaban mal influenciando —. Tuviste una oportunidad de oro, pero creo que también tuviste suerte por no aprovecharla. Los jinchūriki son... demasiado valiosos para secuestrar, ¿sabes? No es que subestime tu fuerza, desde luego, pero una villa aplastaría a quien fuera por recuperarlo. Serían capaces de utilizar todos sus medios disponibles para dar caza al captor. Quizá te hubieras salido con la tuya, pero habría sido algo muy arriesgado. Aunque supongo que estas cosas siempre son así, ¿no? Cuanto más grande el golpe, más peligra tu pellejo.
» Debo admitir que es una manera... bueno, original, de ganarse la vida. Pero la verdad es que coincido contigo, no es algo que me interese. No quiero tener nada que ver con ninguna de las aldeas ahora mismo. El mínimo punto de contacto que les tienda podría ser como una soga al cuello con mis carteles por todas partes — No sabía si Uzushiogakure y Amegakure también estarían moviendo filas para encontrarle, pero recordaba el escuadrón de rastreadores que Kusagakure mandó en su desaparición. Eso le recordó que estaba pasando demasiado tiempo en aquel lugar —. Viviré en el anonimato y sobreviviré como pueda, con trabajos de mierda.
Supuso que era hipócrita después de los crímenes que él había cometido pero... era algo personal. Al fin y al cabo, él había sido un genin indefenso un día, con esperanzas y sueño. Solo esperó que todos aquellos secuestros hubieran tenido un final feliz para ellos también.
Lo que si que le sorprendió fue el final de la historia.
— El mojigato… ¡El mojigato era el jodido jinchūriki de Uzu! — exclamó, aunque Juro no pudo evitar darse por aludido. ¿Que habría sido de él si este capullo le hubiera secuestrado en su época? Pensarlo le provocaba nauseas.
Aun así, sintió una enorme curiosidad. ¿Se refiería a Uchiha Datsue? ¿O quizá al segundo jinchūriki cuando existieron dos? ¿Aquel era el mojigato del que hablaba? Había partes de la historia de Uzushiogakure que se le escapaban, por lo que decidió no indagar mucho en el tema.
— No jodas — Alzó las cejas, sorprendido. Luego se dio cuenta del vocabulario que estaba usando. Aquellos ambientes turbios le estaban mal influenciando —. Tuviste una oportunidad de oro, pero creo que también tuviste suerte por no aprovecharla. Los jinchūriki son... demasiado valiosos para secuestrar, ¿sabes? No es que subestime tu fuerza, desde luego, pero una villa aplastaría a quien fuera por recuperarlo. Serían capaces de utilizar todos sus medios disponibles para dar caza al captor. Quizá te hubieras salido con la tuya, pero habría sido algo muy arriesgado. Aunque supongo que estas cosas siempre son así, ¿no? Cuanto más grande el golpe, más peligra tu pellejo.
» Debo admitir que es una manera... bueno, original, de ganarse la vida. Pero la verdad es que coincido contigo, no es algo que me interese. No quiero tener nada que ver con ninguna de las aldeas ahora mismo. El mínimo punto de contacto que les tienda podría ser como una soga al cuello con mis carteles por todas partes — No sabía si Uzushiogakure y Amegakure también estarían moviendo filas para encontrarle, pero recordaba el escuadrón de rastreadores que Kusagakure mandó en su desaparición. Eso le recordó que estaba pasando demasiado tiempo en aquel lugar —. Viviré en el anonimato y sobreviviré como pueda, con trabajos de mierda.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60