12/02/2021, 04:30
Nao había escuchado el nombre del ninja, volviendo a mencionarlo en forma de pregunta retorica. Si bien Tadashi había omitido su apellido, no era por ninguna razón de encierro o aires de misterio. La verdad era que durante años, su apellido le era vergonzoso. La mayoría de los chicos de su clase hacían burlas del genin, aludiendo que había robado su apellido y que había olvidado robar los talentos de los ninjas de ese clan también.
Las burlas a veces eran tan intensas que en una ocasion, Tadashi regresó molesto a su hogar para reclamar a su madre la farsa de su origen, su sangre y su padre. ¿Por qué la madre había mentido con algo como su apellido? Era una de las preguntas que el genin nunca pudo obtener de Daina. Y a pesar de que todas esas vivencias habían quedado en sus días de estudiante, algunas secuelas seguían acechando al joven incluso al día de hoy. Al final, Tadashi estaba conforme con que lo llamasen solo con su nombre de pila y asintió con su cabeza.
El ninja con el pincel en la boca continuó respondiendo la pregunta del Uchiha. Si bien eran suposiciones, estaban muy bien fundamentadas.
—Ya veo… —dijo el recién genin sin muchas más preguntas.
Aunque Tadashi había escuchado hace un tiempo noticias y rumores sobre los Bijuus, generales y declaraciones de guerra, la verdad era que no estaba muy enterado del tema, después de todo, su madre prefería evitar los temas de los ninjas a toda costa.
De improvisto, Nao levantaría su voz para señalar el local que habían estado buscando.
—¿Ese? —dijo extrañado el Uchiha.
«No tiene pinta de ser ningún local comercial», pensaba mientras seguía a su compañero.
El Akamatsu llamó a la puerta, la cual al abrirse, mostró una mujer de avanzada edad preguntando si ellos eran los ninjas solicitados para la misión. Inmediatamente Tadashi miró al rostro de Nao sonriendo, como si celebrase su acierto y su buen sentido de la orientación. El genin volvió su rostro a la dama.
—Muy buenos días señora Nadeshiko —realizó una reverencia—. En efecto venimos por su solicitud. Yo soy Tadashi y este es mi compañero.
En ese momento guardo silencio para esperar a que Nao se presentara por sí mismo.
Las burlas a veces eran tan intensas que en una ocasion, Tadashi regresó molesto a su hogar para reclamar a su madre la farsa de su origen, su sangre y su padre. ¿Por qué la madre había mentido con algo como su apellido? Era una de las preguntas que el genin nunca pudo obtener de Daina. Y a pesar de que todas esas vivencias habían quedado en sus días de estudiante, algunas secuelas seguían acechando al joven incluso al día de hoy. Al final, Tadashi estaba conforme con que lo llamasen solo con su nombre de pila y asintió con su cabeza.
El ninja con el pincel en la boca continuó respondiendo la pregunta del Uchiha. Si bien eran suposiciones, estaban muy bien fundamentadas.
—Ya veo… —dijo el recién genin sin muchas más preguntas.
Aunque Tadashi había escuchado hace un tiempo noticias y rumores sobre los Bijuus, generales y declaraciones de guerra, la verdad era que no estaba muy enterado del tema, después de todo, su madre prefería evitar los temas de los ninjas a toda costa.
De improvisto, Nao levantaría su voz para señalar el local que habían estado buscando.
—¿Ese? —dijo extrañado el Uchiha.
«No tiene pinta de ser ningún local comercial», pensaba mientras seguía a su compañero.
El Akamatsu llamó a la puerta, la cual al abrirse, mostró una mujer de avanzada edad preguntando si ellos eran los ninjas solicitados para la misión. Inmediatamente Tadashi miró al rostro de Nao sonriendo, como si celebrase su acierto y su buen sentido de la orientación. El genin volvió su rostro a la dama.
—Muy buenos días señora Nadeshiko —realizó una reverencia—. En efecto venimos por su solicitud. Yo soy Tadashi y este es mi compañero.
En ese momento guardo silencio para esperar a que Nao se presentara por sí mismo.
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