12/02/2021, 23:52
— ¿El imperio del norte? ¿conoces su ubicación? — le preguntó Yota, nada más escucharle. Lo cierto es que así había llamado Yubiwa a lo que pretendía Kurama. Pero además de eso, no sabía nada.
— No tengo ni idea de donde puede estar — admitió —. Llevo bastante tiempo tratando de reunir pistas, hechos... o cualquier mínimo detalle. Pero ya ves lo perdido que voy, que hasta he llegado hasta aquí pensando que podría ser un escondite para él y sus generales. Lo de imperio debe de ser figurado aún, porque no hay forma de esconder algo así a ojos del mundo.
Curiosamente, Yota debía de estar pensando en muchas cosas en este mismo momento, porque en lugar de instarle a que continuara con la historia (la cuál había dejado en un punto interesante, a decir verdad), continuó manteniendo una conversación con él, esta vez mencionando a la banda criminal conocida como Dragón Rojo.
En fin, no se quejaba. Era agradable que el chico empezara a tratarle de una manera menos agresiva.
— Puede que haya estado escondiéndome todo este tiempo, pero no he vivido debajo de una piedra. He oído hablar de ellos y de lo que pasó— murmuró Juro —. Creo que muchos criminales quieren derrocar el sistema, la verdad. Pero si una banda tan poderosa como esa sigue existiendo a día de hoy y sus objetivos pueden interesarle, no descartaría que Kurama tratara de reclutarla para su causa. Ese Zorro es muy astuto.
» Aun así, Uchiha Datsue y Aotsuki Ayame estaban en el torneo, ¿verdad? Si Kurama hubiera estado metido en todo el ajo, no habría desaprovechado una oportunidad para atacarles. — Solo era una suposición, pero ambos eran shinobis excelentes y la posibilidad de dejarlos en sus respectivas villas sin la protección de sus Kages podría ser contraproducente. En su día, a él también le llevaron a un torneo, junto a ellos.
Sabía perfectamente la mala relación que tenía Kurama con Ayame y su bijuu, y, aunque le faltaba información sobre cómo era Shukaku, Datsue no se dejaría capturar fácilmente. Yubiwa mismamente se lo había dicho. Kurama se encontraba en una encrucijada con ellos, puesto que, aunque revertiera el sello, no tenía la seguridad de que sus hermanos se unirían a su causa. Eso era una pequeña victoria. La cosa es qué sería capaz de hacer Kurama como castigo a sus hermanos rebeldes.
Se llevó la mano de manera inconsciente al estómago, donde residía su sello, en un afan protector. No podían vivir con miedo eternamente, pero no iba a abandonar a Chōmei a manos de aquel monstruo.
— No tengo ni idea de donde puede estar — admitió —. Llevo bastante tiempo tratando de reunir pistas, hechos... o cualquier mínimo detalle. Pero ya ves lo perdido que voy, que hasta he llegado hasta aquí pensando que podría ser un escondite para él y sus generales. Lo de imperio debe de ser figurado aún, porque no hay forma de esconder algo así a ojos del mundo.
Curiosamente, Yota debía de estar pensando en muchas cosas en este mismo momento, porque en lugar de instarle a que continuara con la historia (la cuál había dejado en un punto interesante, a decir verdad), continuó manteniendo una conversación con él, esta vez mencionando a la banda criminal conocida como Dragón Rojo.
En fin, no se quejaba. Era agradable que el chico empezara a tratarle de una manera menos agresiva.
— Puede que haya estado escondiéndome todo este tiempo, pero no he vivido debajo de una piedra. He oído hablar de ellos y de lo que pasó— murmuró Juro —. Creo que muchos criminales quieren derrocar el sistema, la verdad. Pero si una banda tan poderosa como esa sigue existiendo a día de hoy y sus objetivos pueden interesarle, no descartaría que Kurama tratara de reclutarla para su causa. Ese Zorro es muy astuto.
» Aun así, Uchiha Datsue y Aotsuki Ayame estaban en el torneo, ¿verdad? Si Kurama hubiera estado metido en todo el ajo, no habría desaprovechado una oportunidad para atacarles. — Solo era una suposición, pero ambos eran shinobis excelentes y la posibilidad de dejarlos en sus respectivas villas sin la protección de sus Kages podría ser contraproducente. En su día, a él también le llevaron a un torneo, junto a ellos.
Sabía perfectamente la mala relación que tenía Kurama con Ayame y su bijuu, y, aunque le faltaba información sobre cómo era Shukaku, Datsue no se dejaría capturar fácilmente. Yubiwa mismamente se lo había dicho. Kurama se encontraba en una encrucijada con ellos, puesto que, aunque revertiera el sello, no tenía la seguridad de que sus hermanos se unirían a su causa. Eso era una pequeña victoria. La cosa es qué sería capaz de hacer Kurama como castigo a sus hermanos rebeldes.
Se llevó la mano de manera inconsciente al estómago, donde residía su sello, en un afan protector. No podían vivir con miedo eternamente, pero no iba a abandonar a Chōmei a manos de aquel monstruo.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60