15/02/2021, 22:33
Al igual que Juro no tenía ni idea del escondite de Kurama, esta vez fue Yota quién afirmó no saber nada a la pregunta del marionetista. Supuso que era lógico. Yota no tenía porque enterarse de la vida de dos shinobi de otras aldeas. Además, por lo que había oído, las relaciones de Kusagakure con el resto de villas, lamentablemente, no estaban en su punto más algido.
Lo único que no supo como encajar fue su revelación posterior. Ver como su compañero había sido herido permanentemente en la guerra contra Kurama le partió el corazón.
— No... — Ni si quiera supo como reaccionar. ¿Si Juro hubiera podido estar con él las cosas habrían sido diferentes? Si Kusagakure no se hubiera sumido en aquel extraño caos, quizá Yota no hubiera perdido un dedo — Lo siento. No debe de haber sido fácil. No importa por lo demás, gracias igualmente por decirmelo.
No tenía porque haberlo hecho, al fin y al cabo. Él seguía siendo un exiliado y Yota, un shinobi que debería estar acabando con su vida.
Juro trató de relajar aquel estúpido arrebato de culpabilidad. Al fin y al cabo, las cosas no podían evitarse una vez que los actos se habían cometido. El dedo de Yota ya estaba perdido y el anterior Morikage, muerto. Sin embargo, esto sumó otra razón más para terminar con la vida de aquel estúpido Zorro. Ese bijuu parecía alimentarse de las desgracias ajenas y cuanto más miserable hacía la vida de los de su alrededor, mejor.
Le hubiera gustado saber más. Mucho más. ¿Quién había sido? ¿Cómo? ¿Qué habilidades tenía? Si Yota se había enfrentado a uno de sus generales y este seguía vivo, existía la probabilidad de que Juro mismo lo encontrara. Pero no quiso tentar a la suerte. Si más adelante su ex compañero de villa decidía confiar en él, hablarían.
— Como decía, traté de razonar con él, pero era inutil. Por eso, supongo que Kurama se cansó y tomó el control de Yubiwa. Parece que puede manifestarse a través de sus generales, quizá por ese chakra que comparten. Sus ojos se volvieron rojos y su voz era... horrenda — repuso Juro, tratando de hacer memoria. Aquellos recuerdos solo le generaban ansiedad, pero tenía que forzarse a pensar en ellos —. Él... creo que respondió a mis intentos de convencer a Yubiwa. Afirmó que masacraría a quién hiciera falta para imponer un nuevo orden y que una vez los humanos nos acostumbráramos, podríamos coexistir. Esas fueron las únicas y últimas palabras que me dirigió.
Entrelazó sus manos y comenzó a frotarselas, para reducir el nerviosismo. ¿Cómo diablos iba a explicarle lo que pasaba a continuación? Yota no tenía ni idea de nada. Absolutamente de nada. Y la visión actual de los bijuu en Kusagakure no era precisamente una ayuda.
— Mirad, chicos... Él me quería por una razón, os acordáis, ¿no? Revertir mi sello y liberar al bijuu que tengo en mi interior para controlar mi cuerpo. Igual que hicieron con Ayame— mencionó —... pero lo que te dije no es mentira. Yo no me uní al ejército de Kurama . Si lo hubiera hecho, mi sello se habría revertido hace tiempo, ¿No os dais cuenta? La persona que volvió de esa cueva fui yo, y la persona que tenéis delante también.
» Mentí sobre lo que ocurrió, sí, pero hay una cosa que debéis tener clara. Kurama perdió aquel día a uno de sus generales. Yubiwa fue derrotado — dijo Juro, seriamente. Miró a Yota a los ojos y lo repitió —. Yubiwa está muerto.
Y sí, eso significaba, por descontado, que la persona que había asesinado a su querido Morikage también había sido él. Pero a eso llegaría luego, si se lo permitían.
Lo único que no supo como encajar fue su revelación posterior. Ver como su compañero había sido herido permanentemente en la guerra contra Kurama le partió el corazón.
— No... — Ni si quiera supo como reaccionar. ¿Si Juro hubiera podido estar con él las cosas habrían sido diferentes? Si Kusagakure no se hubiera sumido en aquel extraño caos, quizá Yota no hubiera perdido un dedo — Lo siento. No debe de haber sido fácil. No importa por lo demás, gracias igualmente por decirmelo.
No tenía porque haberlo hecho, al fin y al cabo. Él seguía siendo un exiliado y Yota, un shinobi que debería estar acabando con su vida.
Juro trató de relajar aquel estúpido arrebato de culpabilidad. Al fin y al cabo, las cosas no podían evitarse una vez que los actos se habían cometido. El dedo de Yota ya estaba perdido y el anterior Morikage, muerto. Sin embargo, esto sumó otra razón más para terminar con la vida de aquel estúpido Zorro. Ese bijuu parecía alimentarse de las desgracias ajenas y cuanto más miserable hacía la vida de los de su alrededor, mejor.
Le hubiera gustado saber más. Mucho más. ¿Quién había sido? ¿Cómo? ¿Qué habilidades tenía? Si Yota se había enfrentado a uno de sus generales y este seguía vivo, existía la probabilidad de que Juro mismo lo encontrara. Pero no quiso tentar a la suerte. Si más adelante su ex compañero de villa decidía confiar en él, hablarían.
— Como decía, traté de razonar con él, pero era inutil. Por eso, supongo que Kurama se cansó y tomó el control de Yubiwa. Parece que puede manifestarse a través de sus generales, quizá por ese chakra que comparten. Sus ojos se volvieron rojos y su voz era... horrenda — repuso Juro, tratando de hacer memoria. Aquellos recuerdos solo le generaban ansiedad, pero tenía que forzarse a pensar en ellos —. Él... creo que respondió a mis intentos de convencer a Yubiwa. Afirmó que masacraría a quién hiciera falta para imponer un nuevo orden y que una vez los humanos nos acostumbráramos, podríamos coexistir. Esas fueron las únicas y últimas palabras que me dirigió.
Entrelazó sus manos y comenzó a frotarselas, para reducir el nerviosismo. ¿Cómo diablos iba a explicarle lo que pasaba a continuación? Yota no tenía ni idea de nada. Absolutamente de nada. Y la visión actual de los bijuu en Kusagakure no era precisamente una ayuda.
— Mirad, chicos... Él me quería por una razón, os acordáis, ¿no? Revertir mi sello y liberar al bijuu que tengo en mi interior para controlar mi cuerpo. Igual que hicieron con Ayame— mencionó —... pero lo que te dije no es mentira. Yo no me uní al ejército de Kurama . Si lo hubiera hecho, mi sello se habría revertido hace tiempo, ¿No os dais cuenta? La persona que volvió de esa cueva fui yo, y la persona que tenéis delante también.
» Mentí sobre lo que ocurrió, sí, pero hay una cosa que debéis tener clara. Kurama perdió aquel día a uno de sus generales. Yubiwa fue derrotado — dijo Juro, seriamente. Miró a Yota a los ojos y lo repitió —. Yubiwa está muerto.
Y sí, eso significaba, por descontado, que la persona que había asesinado a su querido Morikage también había sido él. Pero a eso llegaría luego, si se lo permitían.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60