15/02/2021, 22:38
La reacción de Uchiha Zaide fue graciosa, eso tuvo que admitirlo. Su objetivo era... estrafalario, cuanto menos y quizá a ojos exteriores no tuviera el más mínimo sentido. En realidad, puede que nunca lo hubiera tenido.
Pero le daba igual. Porque era lo que le daba fuerzas para seguir. Uno no se cuestiona nada en estos casos. Solo se aferra con todas sus fuerzas.
Si Zaide quería una reacción respecto al tema sexual, la tuvo. Juro se puso tan rojo como un tomate con la sola mención de ello. No era que el tema sexual no le importa claro. Simplemente... bueno, no se había dado. Y precisamente no iba a pedir ayuda a un criminal para lograr algo en ese aspecto. Si en su vida anterior no era algo que le dominara, desde luego, como exiliado, menos. ¿Cómo podría mirar a la cara a Chōmei si abandonaba su tarea de buscar a Kurama por... algo así? ¿Y a sus antiguos compañeros? Estaba luchando por algo noble. O al menos, por algo que en su cabeza sonaba noble.
— Como tu bien has dicho, aun me queda para retirarme, así que buscar un lugar para eso no me produce problemas. Y sobre lo otro, tampoco necesito ningún consejo — Juro carraspeó, para tratar de evadir el tema.
Sin embargo, lo que vino a decir luego sí que le llamó la atención. Porque era la primera pista sólida que recibía en mucho, mucho tiempo.
Pues ya me explicarás qué estás haciendo aquí, Juro el Buscador de Bijūs. No sé sobre el resto de bestias, pero solo hay cinco sitios muy concretos a los que tú puedas dirigirte si quieres encontrar a Kurama. Desde luego no es la Mediana Roja, chico.
— Eso ya lo sé — respondió, sintiendose casi ofendido de la insinuación. Nuevamente, se ruborizó por vergüenza —. No he venido aquí precisamente a buscar a Kurama, aunque siempre suelo acercarme a las tabernas de los lugares que visito por si hay algo interesante. Solo estaba de paso cuando me pillo todo esto. He decidido explorar los lugares más recónditos del País del Agua en busca de pistas.
» Kurama se esconde y dudo mucho que el lugar se encuentre en el País del Bosque, de la Espiral o de la Tormenta. Sería mucho más lógico que se ocultara en algún lugar recóndito de uno de los Países más apartados de las grandes aldeas. Por eso se me ocurrió explorar las islas más alejadas de la civilización — se justificó. Decidió controlarse, puesto que estaba dando demasiados detalles de sus planes. Por eso, no mencionó lugares concretos —. Dime, ¿Cuáles son esos cinco lugares de los que tan seguro estas? Su paradero es un misterio para todo el mundo.
Se sentía indignado. El paradero de Kurama era uno de los más deseados en todo el mundo, ¿Y le trataba de aquella manera tan altanera por intentar buscarlo por su cuenta? No tenía información, ni ayudas, ni pistas, y lo poco que sabía lo había obtenido a cuenta gotas. No se creía que aquel hombre, que había salido de la nada después de todo el golpe, supiera de repente su localización.
A no ser, claro está, que Kurama y él trabajaran juntos. O, al menos, se hubieran conocido en el pasado.
Pero le daba igual. Porque era lo que le daba fuerzas para seguir. Uno no se cuestiona nada en estos casos. Solo se aferra con todas sus fuerzas.
Si Zaide quería una reacción respecto al tema sexual, la tuvo. Juro se puso tan rojo como un tomate con la sola mención de ello. No era que el tema sexual no le importa claro. Simplemente... bueno, no se había dado. Y precisamente no iba a pedir ayuda a un criminal para lograr algo en ese aspecto. Si en su vida anterior no era algo que le dominara, desde luego, como exiliado, menos. ¿Cómo podría mirar a la cara a Chōmei si abandonaba su tarea de buscar a Kurama por... algo así? ¿Y a sus antiguos compañeros? Estaba luchando por algo noble. O al menos, por algo que en su cabeza sonaba noble.
— Como tu bien has dicho, aun me queda para retirarme, así que buscar un lugar para eso no me produce problemas. Y sobre lo otro, tampoco necesito ningún consejo — Juro carraspeó, para tratar de evadir el tema.
Sin embargo, lo que vino a decir luego sí que le llamó la atención. Porque era la primera pista sólida que recibía en mucho, mucho tiempo.
Pues ya me explicarás qué estás haciendo aquí, Juro el Buscador de Bijūs. No sé sobre el resto de bestias, pero solo hay cinco sitios muy concretos a los que tú puedas dirigirte si quieres encontrar a Kurama. Desde luego no es la Mediana Roja, chico.
— Eso ya lo sé — respondió, sintiendose casi ofendido de la insinuación. Nuevamente, se ruborizó por vergüenza —. No he venido aquí precisamente a buscar a Kurama, aunque siempre suelo acercarme a las tabernas de los lugares que visito por si hay algo interesante. Solo estaba de paso cuando me pillo todo esto. He decidido explorar los lugares más recónditos del País del Agua en busca de pistas.
» Kurama se esconde y dudo mucho que el lugar se encuentre en el País del Bosque, de la Espiral o de la Tormenta. Sería mucho más lógico que se ocultara en algún lugar recóndito de uno de los Países más apartados de las grandes aldeas. Por eso se me ocurrió explorar las islas más alejadas de la civilización — se justificó. Decidió controlarse, puesto que estaba dando demasiados detalles de sus planes. Por eso, no mencionó lugares concretos —. Dime, ¿Cuáles son esos cinco lugares de los que tan seguro estas? Su paradero es un misterio para todo el mundo.
Se sentía indignado. El paradero de Kurama era uno de los más deseados en todo el mundo, ¿Y le trataba de aquella manera tan altanera por intentar buscarlo por su cuenta? No tenía información, ni ayudas, ni pistas, y lo poco que sabía lo había obtenido a cuenta gotas. No se creía que aquel hombre, que había salido de la nada después de todo el golpe, supiera de repente su localización.
A no ser, claro está, que Kurama y él trabajaran juntos. O, al menos, se hubieran conocido en el pasado.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60