23/02/2021, 07:13
A la mañana siguiente, Ranko estaría esperando ya en el mismo dojo, calentando.
Estaba lista para el entrenamiento de ese día y aprender a usar el Máximo Esfuerzo, la técnica de su amigo. ¡Ya deseaba darlo todo de sí misma! Lanzó un par de potentes patadas al aire, como si quisiera lanzar un ataque de energía pura de sus pies.
—Espero que nadie resulte herido, hermana.
En el rincón había una chica sentada. Era de piel más morena que Ranko, y cortos cabellos rojos. Vestía una blusa azul de manga larga y puños esponjados debajo de una especie de kosode púrpura que se transformaba en falda pasando el obi. Portaba un pantalón vino corto hasta la rodilla y largas y elegantes botas negras. Al lado de ella yacía el equipo de Ranko, y al otro lado había una gran mochila que portaba bocadillos y alimentos variados. La chica sostenía un cuaderno en mano y de vez en cuando bocetaba algo con un carboncillo.
—Meme, e-estaré bien, no te preocupes…
Su hermana adoptiva, Meme Kūran, había insistido en acompañarla. Ella era demasiado débil físicamente para unírseles, pero decía que disfrutaría verla en combate.
—No me preocupo por mi hermana, sé que es fuerte. Pero ¿Y si este amigo tuyo no resiste tus golpes?
Ranko soltó una risita ante el levemente avergonzado rubor de la pelirroja.
—¿Qué?
—Que te sorprendería lo mucho que puede resistir Daigo…
Meme se encogería de hombros y seguiría bocetando, mientras Ranko seguía calentando. Sólo quedaba esperar al tigre boxeador.
Estaba lista para el entrenamiento de ese día y aprender a usar el Máximo Esfuerzo, la técnica de su amigo. ¡Ya deseaba darlo todo de sí misma! Lanzó un par de potentes patadas al aire, como si quisiera lanzar un ataque de energía pura de sus pies.
—Espero que nadie resulte herido, hermana.
En el rincón había una chica sentada. Era de piel más morena que Ranko, y cortos cabellos rojos. Vestía una blusa azul de manga larga y puños esponjados debajo de una especie de kosode púrpura que se transformaba en falda pasando el obi. Portaba un pantalón vino corto hasta la rodilla y largas y elegantes botas negras. Al lado de ella yacía el equipo de Ranko, y al otro lado había una gran mochila que portaba bocadillos y alimentos variados. La chica sostenía un cuaderno en mano y de vez en cuando bocetaba algo con un carboncillo.
—Meme, e-estaré bien, no te preocupes…
Su hermana adoptiva, Meme Kūran, había insistido en acompañarla. Ella era demasiado débil físicamente para unírseles, pero decía que disfrutaría verla en combate.
—No me preocupo por mi hermana, sé que es fuerte. Pero ¿Y si este amigo tuyo no resiste tus golpes?
Ranko soltó una risita ante el levemente avergonzado rubor de la pelirroja.
—¿Qué?
—Que te sorprendería lo mucho que puede resistir Daigo…
Meme se encogería de hombros y seguiría bocetando, mientras Ranko seguía calentando. Sólo quedaba esperar al tigre boxeador.
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