Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#58
—Dime una cosa. ¿De verdad alguien como tú se ha rendido a la vida? Me cuesta creer que no quede ningún camino que quieras seguir.

Demonios, cómo le gustaría una jarra de hidromiel entre sus manos para responder a aquella pregunta. O para siquiera empezar a enfrentarse a ella. En su lugar, optó por darle una simple evidencia:

Deberías alegrarte. Si no fuese así, ahora mismo estarías en problemas.

Hubo cierta tensión en su voz. Cierto mensaje en su lenguaje corporal. Cierto reflejo en sus ojos.

Verán, todo el mundo tiene algo que se le da especialmente bien. Algo único que les hace especiales. Zaide una vez había visto a un tío pelar un plátano con los dedos de los pies. ¿Inútil? Probablemente, pero nadie dijo que los dones tenían que servir para algo.

El caso es que a Zaide, ya desde pequeño, se le daba muy bien eso de hablar con los ojos. Engañar, seducir, enardecer… Normalmente no necesitaba más que eso, una mirada, un gesto acompañado de un silencio elocuente. El silencio solía ser más poderoso que las palabras, salvo cuando estas están bien escogidas y son certeras.

Aiza le había preguntado en una ocasión si había un truco en concreto. Cierto guiño, cierta manera de mirar. Zaide no tenía una respuesta para aquello, pero como ella le gustaba y quería impresionarla, le dijo que era como follar. Quizá existan ciertas directrices y ciertas técnicas, pero lo que funciona con una persona no tiene por qué funcionar con otra. Más que leer un manual e ir siguiéndolo como un robot paso a paso hasta dar con la tecla, lo que había que hacer era fluir con la otra persona. Uno no necesitaba conocerse toda su vida, saberse su jodido cumpleaños o siquiera recordar su nombre. Solo sentirla al más íntimo nivel y fluir con ello. Y eso, le había dicho con cierta guasa, era lo que a él se le daba jodidamente bien.

Una fantasmada soltada por lo que la soltó, sin duda, pero que ahora que la recordaba tenía parte de verdad. En el caso de intimidar a alguien, por ejemplo, uno no necesitaba mucho. Un simple gesto de mano podía ser más efectivo que cualquier espada. Una sola mirada en el momento oportuno podía ser más poderosa que cualquier embestida. Una sola palabra podía ser más sugestiva que cualquier tantō al desenvainarse.

En el caso de Juro, que no se conocían de nada, el caso era sencillo. Era la primera vez que se veían en persona, pero el exkusajin había oído hablar de él. Había visto su cartel en cada maldito tablón de anuncios. Había escuchado sobre su matanza en cada jodida taberna en la que había afinado el oído con la esperanza de escuchar el nombre de Kurama.

Así pues, y como ya dijimos…

Hubo cierta tensión en su voz. Cierto mensaje en su lenguaje corporal. Cierto reflejo en sus ojos.

La tensión de una soga alrededor del cuello. El mensaje envuelto en un sobre negro procedente de una funeraria. El reflejo de una luz que se extinguió para siempre y del color de la sangre entremezclada de cientos de víctimas.

Quizá Zaide se había convertido en un perro viejo y triste que se pasa el día acostado en un rincón y sin apenas moverse. No levanta la cola al ver a alguien, no mira con curiosidad ni saca la lengua, tampoco ladra. Mira de reojo, como si no quisiese ser visto ni molestado. Un perro aparentemente muy tranquilo. No araña las paredes. No hace ruido. No hace nada. Pero tú sabes su historia. Sabes que su dueño lo molía a palos, y que se ganaba una pasta con él en peleas ilegales. Sabes que lo único que ha conocido en su vida es violencia, brutalidad y sangre. Lo ves en sus ojos hambrientos. Así que acércale tu mano y trata de acariciarle la cabeza, si tan poco aprecio le tienes a tus extremidades.

Carisma 100 +20 (bonificación Poder 100) = 120
vs
Voluntad 40
Intimidación: Se considera que una diferencia de 20 puntos ya otorga una pequeña ventaja, pero si el Carisma supera la Voluntad en al menos 40 puntos, el efecto es abrumador.

Y así de fácil era.

Zaide soltó una carcajada ácida, rompiendo la tensión que él mismo había generado. Hizo un ademán como quitándole importancia, como diciendo: era broma, disculpa a este viejo aburrido. Trató de reconducir la situación respondiendo con toda la honestidad que podía, que no solía ser mucha:

Ya saboreé todo lo que la vida podía ofrecerme. La viví al límite. Hice… Oh, de todo. La gocé como nadie y la sufrí como la mayoría. Perseguí un sueño y fracasé. —Se encogió de hombros, no había más vueltas que darle. En las villas quizá enseñasen a no rendirse nunca, a que si uno quiere, puede. El camino del ninja y todo eso. Zaide simplemente ya era demasiado mayor para creer en esas chorradas—. Si pudiese volver atrás en el tiempo, me hubiese ido a una cabaña en las montañas, con la mujer que siempre amé. Hubiese tenido hijos con ella y me hubiese dedicado a criar ovejas. —No mentía. El mero hecho de imaginárselo hizo que sintiese una puñalada de añoranza en el pecho—. Pero nadie puede volver atrás en el tiempo, ¿huh? No, tomé este camino hace mucho tiempo, chico. Siento que me acerco a su final. Solo me queda esperar a dar el último paso.
[Imagen: Uchiha-Zaide-eyes2.png]
Responder


Mensajes en este tema
RE: Se necesita un monstruo para matar a otro - por Uchiha Zaide - 25/02/2021, 15:04


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.