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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#62
Zaide sintió una amalgama de emociones ante aquella respuesta. Decepción, quemazón, respeto. Decepción porque Juro siguiese protegiendo a su villa natal. Quemazón porque diese por hecho que él pretendía una nueva matanza, o, peor aún, que le viese con tan poco orgullo como para dejarse sonsacar información por ellos. Y cierto respeto, porque había que tener un sentido de camaradería muy agudo para seguir defendiendo a parte de aquellos que te habían traicionado, después de todo.

Muy bien. Respeto tu decisión —dijo, sin intentar convencerle de lo contrario. Su iris, no obstante, se volvió rojo como la sangre y vio más allá de los ojos de Juro—. ¿Qué hay de ti?

Juro supo de inmediato que aquella pregunta no iba dirigida a él. Lo supo porque ahora no solo veía a Zaide entre él y el monstruo que acababan de derrotar, sino que…



… lo veía también en la dimensión que compartía junto al Nanabi. Zaide había atravesado aquella sala como si lo que separase la realidad de la mente fuesen tan solo unas viejas cortinas colgando en una esquina.

La visión de aquel ser le hizo parpadear por unos instantes. Poder. Eso era lo que le transmitía. Un poder abrumador, tan devastador como un tsunami o la erupción de un volcán. Pero Zaide estaba acostumbrado a tener aquella sensación. Le había caído el rayo de la Tormenta encima. Había sentido el calor desprendido por el fuego de Hanabi en sus propias carnes. Había visto al Gran Dragón vomitarle las entrañas del infierno. Había sobrevivido a todo aquello, porque, ahora lo entendía, era un monstruo más.

Y entre monstruos se entendían.

Las coordenadas de aquellos que te atraparon y encerraron. ¿Me las dirás?





¤ Telepatía con el Bijū
- Requisitos: Ninguno
Los jinchuuriki pueden comunicarse en todo momento con su bijuu, y viceversa, por medio de la telepatía. Los bijuu poseen una dimensión interna donde pueden hablar con su jinchuuriki, también presencialmente (si el jinchuuriki no ha entablado amistad con el bijuu, la bestia estará encadenada o tras unos barrotes). Sólo el Sharingan de Tres Aspas puede influir en esta dimensión de forma externa, y hacer que el Uchiha se presente en esa dimensión para hablar con el bijuu además del usuario.

En el caso del Nanabi, se trata de un cielo artificial cuyo suelo son nubes, esponjosas pero sólidas. Choumei se encuentra encadenado al suelo con múltiples eslabones y anillas metálicas para sujetar su cuerpo, sus patas y todas sus colas.

Aparentemente hay dos niveles de subconsciente y, una vez que el jinchūriki se vincula con su bijū, es capaz de entrar en el nivel más profundo del subconsciente, donde se pueden reunir todos los jinchūriki con sus bijū, libres de ataduras. Pero para llegar a este plano, bijū y jinchūriki deben estar perfectamente sincronizados. Este no puede ser penetrado por otros, incluso si las bestias están siendo controladas.
[Imagen: Uchiha-Zaide-eyes2.png]
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Mensajes en este tema
RE: Se necesita un monstruo para matar a otro - por Uchiha Zaide - 3/03/2021, 17:41


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