16/01/2016, 20:47
La idea era en realidad sencilla, pasearse por todos lados a ver si se encuentra algo bonito o tal vez se encuentra con la fuente que inspiró a su padre a fabricar esas armas que tiene guardadas en casa y que hasta el día de la fecha se ve incapaz de utilizar de una manera eficiente. ~ O puede que me entere que es una imitación de algo mejor… ~ Pensaba la kunoichi aunque seguía haciendo ese extraño gesto con su mano frente a la nariz del chico.
El chico no parecía dispuesto a entrar en el hospital y eso que hasta hace unos minutos había estado completamente convencido de que necesitaba un chequeo, ya sea por lo que escuchaba o no escuchaba, además de los coloreados en su rostro que hacían pensar a Ritsuko que tenía fiebre de paso, aunque era un tanto complicado que le diera por culpa de un simple cabezazo. Pero igual, parecía muy seguro de que todo había pasado y no entraría al hospital, así que tendría compañía dentro del museo o puede que se separen al llegar pero la atención de la kunoichi estaba centrada en la nariz ajena y a causa de la corta distancia se mantenía algo visca.
- A ver si puedo… - Susurró más para si misma que para su interlocutor y acto seguido insertó ambos dedos en la nariz del azabache y luego dio unos leves tironsitos como si pretendiese estirarle las fosas nasales aunque no tardaba en recuperar la forma que para ella era demasiado achatada. - Como que no… - Se quejó la kunoichi al ver que sus intentos resultaban inútiles y terminó por remover ambos dedos sintiendo cierta humedad en ellos.
Luego de ese pequeño acto con el que se ganó un par de miradas de desaprobación de los que pasaban la kunoichi se enderezó pero no sin antes frotar un poco los dedos en la ropa ajena para 'limpiarse' lo que se le había pegado. - Entonces… ¿Vamos? - Dijo finalmente la pelirroja justo antes de darse media vuelta y retirarse por la misma dirección por la que habían llegado, ya si el shinobi la seguía o no él sabría y a ella le daba igual, después de todo él tenía total libertad de hacer lo que quisiera y ya se había despedido previamente así que no le debía nada.
El chico no parecía dispuesto a entrar en el hospital y eso que hasta hace unos minutos había estado completamente convencido de que necesitaba un chequeo, ya sea por lo que escuchaba o no escuchaba, además de los coloreados en su rostro que hacían pensar a Ritsuko que tenía fiebre de paso, aunque era un tanto complicado que le diera por culpa de un simple cabezazo. Pero igual, parecía muy seguro de que todo había pasado y no entraría al hospital, así que tendría compañía dentro del museo o puede que se separen al llegar pero la atención de la kunoichi estaba centrada en la nariz ajena y a causa de la corta distancia se mantenía algo visca.
- A ver si puedo… - Susurró más para si misma que para su interlocutor y acto seguido insertó ambos dedos en la nariz del azabache y luego dio unos leves tironsitos como si pretendiese estirarle las fosas nasales aunque no tardaba en recuperar la forma que para ella era demasiado achatada. - Como que no… - Se quejó la kunoichi al ver que sus intentos resultaban inútiles y terminó por remover ambos dedos sintiendo cierta humedad en ellos.
Luego de ese pequeño acto con el que se ganó un par de miradas de desaprobación de los que pasaban la kunoichi se enderezó pero no sin antes frotar un poco los dedos en la ropa ajena para 'limpiarse' lo que se le había pegado. - Entonces… ¿Vamos? - Dijo finalmente la pelirroja justo antes de darse media vuelta y retirarse por la misma dirección por la que habían llegado, ya si el shinobi la seguía o no él sabría y a ella le daba igual, después de todo él tenía total libertad de hacer lo que quisiera y ya se había despedido previamente así que no le debía nada.