6/07/2021, 22:16
Si bien había escuchado el ruido del arma impactar contra el suelo, su mirada se dirigió directamente a una persona encapuchada, que ya había hecho el labor de recoger su kodachi. Por unos segundos se quedó apreciando a la figura y, gracias a su vista, pudo ver desde ahí como sobresaltaban los ojos de la muchacha. Uno de un color verde y el otro azul, algo que nunca en su vida había visto. Esto, ya de entrada, le genero cierta curiosidad sobre como era esa persona.
Si Chika miraba desde abajo a la Nara, podría notar que esta última estaba vestida bastante simple. Bueno, era la vestimenta que usaba en su casa y la que solía preferir, una sudadera morada y unos pantalones de color negro, ambos bastantes holgados para su talle. Aunque esto ya no lo pueda ver, debajo de la sudadera llevaba una camiseta lisa de color blanca.
Sin complicarse la vida y quedar como una tonta si se llegaba a caer saltando desde el muro, llevó el chakra a la planta de sus pies y bajó caminando lentamente, hasta poder apoyar los pies en el suelo. Al estar dirigiéndose a ella, notó que le llevaba unos cuantos, bastantes, centímetros de altura.
—¿Buscas esto? — rápidamente bajó la mano, al ver como estaba sosteniendo el arma. — Perdona, no quería apuntarte.
—No te preocupes. Debería disculparme yo porque te caiga una katana voladora desde mi casa. — negaba con las manos y sonreía, mientras se seguía acercando
A Jun poco el importó que le apuntase, porque más le sorprendió que agarre esa arma con tanta facilidad. Bueno, por lo menos a ella, le costaba un poco sostenerla con ambas manos para combatir. Parecía que, por lo menos, físicamente era bastante fuerte esa chica.
—¿Estás bien? Ese grito ha sonado a problemas. — preguntó amablemente.
—Estoy bien, no te preocupes. Solo estábamos entrenando un poco. — extendió su mano, esperando para que la contraria le pasase su arma. —Creo que nunca te vi por la aldea, lo recordaría seguramente. — rio algo nerviosa. —¿Cómo es tu nombre?
Si Chika miraba desde abajo a la Nara, podría notar que esta última estaba vestida bastante simple. Bueno, era la vestimenta que usaba en su casa y la que solía preferir, una sudadera morada y unos pantalones de color negro, ambos bastantes holgados para su talle. Aunque esto ya no lo pueda ver, debajo de la sudadera llevaba una camiseta lisa de color blanca.
Sin complicarse la vida y quedar como una tonta si se llegaba a caer saltando desde el muro, llevó el chakra a la planta de sus pies y bajó caminando lentamente, hasta poder apoyar los pies en el suelo. Al estar dirigiéndose a ella, notó que le llevaba unos cuantos, bastantes, centímetros de altura.
—¿Buscas esto? — rápidamente bajó la mano, al ver como estaba sosteniendo el arma. — Perdona, no quería apuntarte.
—No te preocupes. Debería disculparme yo porque te caiga una katana voladora desde mi casa. — negaba con las manos y sonreía, mientras se seguía acercando
A Jun poco el importó que le apuntase, porque más le sorprendió que agarre esa arma con tanta facilidad. Bueno, por lo menos a ella, le costaba un poco sostenerla con ambas manos para combatir. Parecía que, por lo menos, físicamente era bastante fuerte esa chica.
—¿Estás bien? Ese grito ha sonado a problemas. — preguntó amablemente.
—Estoy bien, no te preocupes. Solo estábamos entrenando un poco. — extendió su mano, esperando para que la contraria le pasase su arma. —Creo que nunca te vi por la aldea, lo recordaría seguramente. — rio algo nerviosa. —¿Cómo es tu nombre?