La estatura de Jun es entre mediana y baja y su cuerpo no tiene una tendencia muy marcada hacia un extremo u otro, no es ni muy chica ni muy grande. No tiene una musculatura marcada y su cuerpo no está casi entrenado físicamente, solo lo ejercita en el momento de entrenar con su hermano. Su piel es pálida y casi carente de alguna marca en todo su cuerpo.

Tiene una cara delgada, una nariz pequeña y fina y sus ojos tienen un poco llamativo color marrón claro. Los labios de la chica son carnosos y algo gruesos, y el labio inferior tiene la particularidad de contar con un piercing labret, que atraviesa este de lleno por la mitad de forma vertical. Su cabello azabache es completamente lacio y suave, pudiendo malearlo de la manera que más le guste. En su caso, la parte derecha de su cabeza está rapada y en la parte de arriba tiene una melena con un volumen medio, que peina toda hacia la izquierda, dejando la frente destapada. El largo del cabello que cae sobre su lado izquierdo, solo sobrepasa un poco el límite de su cara.

Regularmente, escoge la ropa por mera comodidad y para moverse libremente. Usa una sudadera morada oscuro, de manga larga, con cierre y capucha. Debajo de esta, suele llevar una camiseta simple, de color negra, con manga corta y que llega solo hasta un poco más arriba de su ombligo. En la parte baja de su cuerpo, lleva unos pantalones holgados de color negro, que hacen tope con su calzado. El portaobjetos básico que usa es del mismo color que la sudadera, morado oscuro. Y por último, su calzado son unas botas ninjas, de color negro.

Jun es una persona que le gusta ir a su bola. No es que sea distraída, pero le gusta hacer las cosas a su manera, sin importarle mucho si está bien o mal. No se preocupa mucho por el “qué dirán” ni por las miradas ajenas, intenta ser ella sin restringirse por culpa de los demás.

Disfruta de la charla con otras personas y es muy sociable, con una personalidad más marcada hacia la extroversión. A pesar de que se muestra amigable y abierta hacia los demás, también tiene una faceta de ella más burlona y confianzuda, que a veces le puede jugar en contra dependiendo la persona. No sabe bien por qué, pero le encanta ver a la gente enfadada, es algo que la divierte al punto de que desarrollo un lado bastante provocativo, buscando puntos bajos de la otra persona para que se enoje.

No tiene muchos gustos muy marcados, ya que las cosas que disfruta son aspectos triviales de su vida. Adora pasar tiempo con las personas que ama y charlar con ellos durante horas. Le gusta mucho la comida de todo tipo y, en su tiempo libre, disfruta de caminatas por su aldea.

En contraparte, odia los lugares altos, las mentiras y las personas de mentalidad más cerrada.

Aún no encuentra bien que es lo que la apasiona o la inspira en la vida. En ese aspecto, se encuentra vacía y sin rumbo alguno. Prefirió dejarse llevar e ir probando lo que la vida le presente y, a través de esas experiencias, ver que es a lo que en verdad la entusiasma.

¤ Bendición de Amenokami (gratis)

¤ Ambidiestro (coste de 1 punto)

¤ Reloj interno (coste de 1 punto)

¤ Fresco como una rosa (coste de 1 punto)

¤ Ojimetrista (coste de 1 punto)

¤ Sentido agudo [Vista] (coste de 1 punto)

¤ Fobia agudizada a las alturas (otorga 1 punto)

¤ Alergia a la manzana (otorga 1 punto)

¤ De la vieja escuela [Segundo alterador] (coste de 1 punto)

¤ Negado en Shurikenjutsu (otorga 2 puntos)

La puerta chocó bruscamente contra un mueble que hacía tope con esta al abrirse, irrumpiendo el silencio y la serenidad del ambiente. Un bufido se hizo notar, proveniente de la cama donde se encontraba el muchacho.

—Un día me voy a enojar si no tocas la puerta antes de entrar. — apartó el libro que sostenía a pocos centímetros de su cara para ver a la persona que entró. —O por lo menos no estroles así la puerta contra el mueble.

—Tampoco fue tan fuerte, ¿no? — la niña no pudo evitar mostrarle una sonrisa jocosa. —¿No te aburres de leer todo el día?

—Creo que la que se aburre aquí eres tú, viniendo a mi habitación para molestarme, sabiendo que soy el único en la casa que anda con tiempo libre.

Esta vez él sonreía, teniendo en cuenta que lo que había dicho dio en el clavo. Ella siempre hacía eso. A su vez, cerró el libro y lo apoyó en la mesita de luz, y se levantaba lentamente de la cama. Con el ceño fruncido, ella solo miraba hacia un lado.

—Igual, en parte tienes razón. Ya estoy un poco agobiado de leer. — caminó hacia fuera de su pieza, pasando por al lado de su hermana. —Voy a salir a caminar un rato para despejarme y, quizás, ver si ceno algo afuera.

—¡Iré contigo! — Se puso en frente de él, cruzada de brazos.

—Si, vale… pero prométeme que nunca más vas a entrar así a mi habitación.

—Si, está bien. Voy a intentarlo. — sin prestar mucha atención a la petición, dejo ver una sonrisa de felicidad.

—… estaba bastante nervioso, se me notaba al mirarme. Pero si, por suerte salió todo bien y perdí el nerviosismo rápido. Pensé que mi primera misión iba a ser un poco más complicada.

—Me alegra mucho escuchar eso. A tu padre y a mí nos orgullece mucho, ¿No es así, Susumu? — la mujer sonreía y dirigió la mirada hacia su esposo.

—Si, aunque no te tienes que conformar con eso, Hinata. Aún te falta mucho por recorrer y llegar a ser talentoso, al igual que tu hermano. — dijo serio y sin demostrar una mínima pizca de afecto. —Hablando de eso, Shirō…

Cuando el padre puso sus ojos en el mayor, vio que aún estaba con unos cuantos fideos en su boca. Este último devolvió la mirada y, pacientemente, termino de tragar todo aquello.

—¿Qué tal le ha ido en el entrenamiento a Jun?

La chica estaba con los palillos jugando con los fideos que quedaban en el tazón, cuando escucho a su padre hablar sobre ella. Suspiró y soltó los palillos, clavando su mirada desafiante en Susumu.

—Bien bien, absorbió muy rápido los conceptos y no es mala en la práctica. Aunque…

—Es demasiado aburrido todo eso. — interrumpió en seco a su hermano.

La gran mayoría quedaron sorprendidos por la respuesta de la chica. Las cabezas, tanto de la madre como de los hermanos, se giraron inmediatamente a ver al hombre, que dejaba mostrar su irracional enojo en su cara.

—No pienso ir a la academia, prefiero hacer cualquier otra cosa antes que…

—No me interesa lo que quieras hacer. — no estaba gritando, pero se le notaba en su tono de voz el enojo profundo que llevaba consigo. Parecía como si estuviera a punto de explotar. Con su dedo señalaba a su hija, como recriminándole de las palabras que acababa de pronunciar. —No puedo permitir que mi hija no se dedique al mundo ninja ¿Qué dirán las personas? Vas a entrar a la academia te guste o no ¿Entendido?

Unos segundos de silencio se apropiaron del lugar, dejando una clara tensión en la cena familiar.

—Como digas. Cuando me vaya de esta casa no vas a poder obligarme a hacer nada. — dijo con un tono de sorna y una sonrisa pícara.

Se levantó y estaba a punto de irse a su habitación, cuando su padre agarró con fuerza su brazo. Se volteó para mirarlo, los ojos marrones de su padre parecían el mismísimo infierno. La chica pasó de un estado burlón a uno de completo terror. Quedó totalmente paralizada.

—No voy a tolerar que mi hija, además de ser una mediocre, me falte el respeto de esa forma.

Rápidamente, Shirō tomó el brazo de su padre y lo apartó para otro lado. La pelicorta reaccionó ante la acción y se fue directo a su cuarto, cerrando la puerta con un golpe brusco.

—Ya, déjala. Otro día se lo puedes explicar mejor.

El muchacho, inmutable, miró sereno a su padre. Esté último, apretó ambos puños, tenso, y pego un gruñido. Totalmente ulcerado, se retiró del lugar y fue a despejarse fuera de la casa.

Las gotas de sudor de la preadolescente caían en el suelo de madera. Agitada y sentada en el suelo, bebía lentamente agua. Unos pasos lentos se hacían oír a su espalda, gracias a los crujidos de la madera. Una mano asomó rápidamente por el lado derecho de la joven, posicionando el dedo corazón sobre el pulgar. Con una fuerza moderada, soltó el capirotazo, sin más, en el lóbulo de la oreja de su hermana. La Nara no tardó en expresarse con un grito de dolor, así escupiendo parte del agua que tenía en la boca.

—¡IMBECIL!

Shirō rió sin descaro mientras se sentaba a su lado.

—Sabes que luego esto te lo devuelvo más fuerte, ¿verdad? — sonreía, con una mezcla de dolor y sacias de venganza, mientras secaba el agua que había salpicado de su boca con las manos. —Ya demasiado con que esté acá esforzándome para algo que luego voy a dejar, ¿y me haces eso?

—Como digas, pero por lo menos nos divertimos un poco. Supongo que preferirías que te enseñe padre. — rió nuevamente y agarró la botella de ella para tomar agua.

La chica dejó caer un suspiro y se formó un silencio de algunos segundos.

—No entiendo aún que es lo que quieres hacer con tu vida. — dejó la botella en el medio de los dos y se quedó apreciando la lluvia que había fuera del dojo. —No soy tan cerrado como papá y entiendo que no te guste todo esto. Pero, conociéndote bien, seguramente no tienes nada planeado de lo que deseas hacer.

—Si, me conoces bien. — Su voz se tornó a un tono más serio y, en parte, triste. —No sé qué hacer aún y, al parecer, por ahora esto es lo único que tengo. A lo único que le dedique tiempo. Esto no es algo que me motive, pero todavía no encontré otra que cosa que si lo haga.

—Es decir, vas a dedicarte a esto, lo vas a dejar y luego no vas a saber qué hacer. Eres de las mayores estrategas que conocí.

—Deja el sarcasmo para después, estoy hablando en serio. — dirigió su mirada hacia su hermano.

—Es que no sé qué decirte. Además de que siempre te apoyaré, hagas lo que hagas y elijas lo que elijas. No puedo opinar mucho más. — puso su mano en la cabeza de la chica y la acarició un poco, despeinándola en el proceso. —Mira. No te va mal en la academia y tienes buen potencial para dedicarte a esto. Quizás deberías probar hasta que haya algo que te motive más. Y ahí si dejarlo y ponerte a hacer otra cosa.

El mayor miró a su hermana y le sonrió, intentándole contagiar un poco de las buenas vibras con las que siempre cargaba.

—Odio decirlo, pero puede que tengas razón. — tomó la botella y se levantó del suelo, dirigiéndose para fuera del dojo.

—Y eso que lo dices mucho. — rió y la siguió por detrás.

La muchacha detuvo su recorrido por unos segundos, haciéndolo frenar.

—Shirō. — pronunció, algo bajo pero escuchable para la persona que estaba atrás. —Gracias por todo. De verdad.

Ambos siguieron el trayecto, con un poco más de ánimos y felicidad por las dos partes.

—¡Familia, llegué!

Entró a su casa cuando era la hora de la cena, el punto de reunión familiar, con un saludo atípico de ella hacia sus parientes. Había tardado bastante en llegar, se suponía que la graduación de su grupo no terminaría a la noche.

Jun caminaba por su casa, apreciando cada paso que daba y con una felicidad incalculable. Los cuatro Nara podían escuchar perfectamente su recorrido desde la puerta hasta la cocina.

—Tengo algo muy importante que mostrarles…

La figura de Jun se asomó en la entrada del comedor. Se quedó parada en dicho lugar, mirando a toda su familia. Todos estaban atentos a su llegada y no era sorpresa lo que llevaba consigo ¿O sí?

—¡Felicidades hija! Por fin eres gennin.

—Felicidades, Jun — musitó Hinata, apacible y con una sinceridad desbordante.

—Bien. Supongo. Pero, ¿Por qué tapas tu boca con la bandana? Debes llevarla puesta para protegerte y…

La chica que sostenía el objeto tenso con ambas manos frente a su boca, dejó caer con sus dedos uno de los extremos, mostrando así sus labios.

Hinata se quedó boquiabierto y con algo de pánico por lo que iba a pasar. Tsubame tenía una expresión con una mezcla de sorpresa y un enojo moderado. Shirō no pudo evitar sonreír y soltar una carcajada, para luego ver al otro. Si, a Susumu, con la cara roja y, al igual que su esposa, con una sensación de sorpresa, pero un sentimiento muy fuerte de enfado.

Todo esto provocado por un simple acero que atravesaba el labio inferior de la, reciente, kunoichi. Jun sabía que esto iba a pasar, por eso tenía una sonrisa de punta a punta y la primera cara que veía era la de su padre.

—¡¡¡TE VOY A ARRANCAR ESO A GOLPES JUN!!!

En el mínimo movimiento que el padre hizo para levantarse, la provocadora hija comenzó a correr lejos de su casa. Muy lejos. Por lo menos, hasta que se calmen las aguas.

♠ (D) Una carta para nadie — Nao (Master)



♠ Camino largo y a paso lento — Datsue
♠ En la ciudad de la furia — Kagetora y Meme



♠ Menos fuerza para la próxima — Chika
♠ (D) Obligaciones — Chika (Master)
♠ El circo de las sombras — Daruu
♠ (D) Limpiando escombros — Nao
♠ Loca academia de guardias — Hayato
♠ (D) La Casa de los Misterios — Kimi y Chika (Master)
♠ (C) El rescate — Kimi y Chika (Master)
♠ (D) Nuevas gotas de lluvia — Moguko, Sayo y Nao (Master) (En proceso)

♠ Buscando sombrillas en Amegakure — Hayato
♠ Retaguardia
♠ Operación Tambor de Raijin
♠ Eco de Raijin (En proceso)

♠ (D) ¿Donde está Michio? — Masterización a Sayo
♠ (D) Banda de ladrones — Masterización a Sayo (En proceso)