7/07/2021, 21:25
—Bueno, da igual. Llámame como quieras, menos señorita. Jun-chan está bien.
Le daba curiosidad lo obcecada que estaba con que no la llamase señorita, entendía que le sonase raro pero este nivel de insistencia por parte de Jun le hacía sospechar que había algo detrás. Sin embargo, no iba a preguntar. Solo era cosa de como llamarla, cualquier cosa que Jun le dijera le parecería bien.
—No te disculpes por hablar. Lamento escuchar lo de tus padres. Pero me alegra saber que tengas gente cerca tuyo.
De nuevo, hablaba con una madurez impropia de una niña de su edad. Seguramente fuese el entrenamiento ninja, lo raro era que ella no se consideraba tan madura como Jun o Kimi.
—Con respecto a lo de mi padre, no creo que sea por eso para nada. Entiendo que a ti te haya servido, pero yo hago todo eso más por obligación y ocio que por otra cosa. Si fuera por mi no sería ninja. Pero que más da.
Fue en ese momento en que Chika perdió la sonrisa. Lo que le acababa de confesar Jun le sonaba increiblemente triste. No es como meterte a tendero porque tus padres tienen una tienda, es que era ser ninja. Jugarse la vida y pelear a medio gas era tremendamente peligroso.
— Bueno, ¿y tú qué querrías ser?
Decidió encararlo con lo importante primero, que ella fuese feliz. Si estaba tan segura de que ser ninja no era lo suyo es que tenía una idea de qué quería ser. Por parte de Chika, no se veía de nada más que de combatiente, ya sea como atleta en su dojo o como ninja en su villa.
—Con que tienes una hermana con "renombre", ¿eh?. ¿Qué tal convivir con eso?
— Oh, es una gozada. — volvió a sonreír levemente. — Mientras yo me centro en entrenar al cien por cien, Kimi es la que tiene que manejar todo lo demás. Es más una carga que un premio, la verdad. Por eso yo me encargo del músculo y ella de la cabeza. Así funcionamos.
Se le ensanchó la sonrisa mientras enseñaba su brazo derecho, intentando hacer gala de músculo que con la capa apenas se distinguía.
Le daba curiosidad lo obcecada que estaba con que no la llamase señorita, entendía que le sonase raro pero este nivel de insistencia por parte de Jun le hacía sospechar que había algo detrás. Sin embargo, no iba a preguntar. Solo era cosa de como llamarla, cualquier cosa que Jun le dijera le parecería bien.
—No te disculpes por hablar. Lamento escuchar lo de tus padres. Pero me alegra saber que tengas gente cerca tuyo.
De nuevo, hablaba con una madurez impropia de una niña de su edad. Seguramente fuese el entrenamiento ninja, lo raro era que ella no se consideraba tan madura como Jun o Kimi.
—Con respecto a lo de mi padre, no creo que sea por eso para nada. Entiendo que a ti te haya servido, pero yo hago todo eso más por obligación y ocio que por otra cosa. Si fuera por mi no sería ninja. Pero que más da.
Fue en ese momento en que Chika perdió la sonrisa. Lo que le acababa de confesar Jun le sonaba increiblemente triste. No es como meterte a tendero porque tus padres tienen una tienda, es que era ser ninja. Jugarse la vida y pelear a medio gas era tremendamente peligroso.
— Bueno, ¿y tú qué querrías ser?
Decidió encararlo con lo importante primero, que ella fuese feliz. Si estaba tan segura de que ser ninja no era lo suyo es que tenía una idea de qué quería ser. Por parte de Chika, no se veía de nada más que de combatiente, ya sea como atleta en su dojo o como ninja en su villa.
—Con que tienes una hermana con "renombre", ¿eh?. ¿Qué tal convivir con eso?
— Oh, es una gozada. — volvió a sonreír levemente. — Mientras yo me centro en entrenar al cien por cien, Kimi es la que tiene que manejar todo lo demás. Es más una carga que un premio, la verdad. Por eso yo me encargo del músculo y ella de la cabeza. Así funcionamos.
Se le ensanchó la sonrisa mientras enseñaba su brazo derecho, intentando hacer gala de músculo que con la capa apenas se distinguía.