13/07/2021, 08:59
—Te deseo suerte, porque va a ser difícil verificar que lo vaya a hacer para siempre.
Chika tragó su último dulce antes de contestar con una sonrisa.
— No te preocupes, confio en ti, Jun-chan.
—Si quieres podemos pasar por mi casa a buscar mi kodachi y lo hacemos hoy mismo. Si ya no tienes tiempo, mejor lo hacemos otro día.
— Sí, claro... — al acabarse los dangos se quedó mirando el palo unos segundos. — Espera... ¡Iba a pagar yo! ¡Jun-chan!
Infló las mejillas como una niña pequeña y apretó los puños.
— Me has engañado. Ahora sí que vamos a por tu katana, tengo que patearte el culo por el desayuno y por los dangos.
Y se cruzó de brazos esperando que Jun liderase el camino hasta su casa.
Chika tragó su último dulce antes de contestar con una sonrisa.
— No te preocupes, confio en ti, Jun-chan.
—Si quieres podemos pasar por mi casa a buscar mi kodachi y lo hacemos hoy mismo. Si ya no tienes tiempo, mejor lo hacemos otro día.
— Sí, claro... — al acabarse los dangos se quedó mirando el palo unos segundos. — Espera... ¡Iba a pagar yo! ¡Jun-chan!
Infló las mejillas como una niña pequeña y apretó los puños.
— Me has engañado. Ahora sí que vamos a por tu katana, tengo que patearte el culo por el desayuno y por los dangos.
Y se cruzó de brazos esperando que Jun liderase el camino hasta su casa.