20/01/2016, 09:16
Unos instantes después de que ambos shinobis llegasen a refugiarse debajo de aquella construcción las gruesas gotas de agua terminaron por convertirse en granizo y claro, nadie que sienta aprecio por su cabeza caminaría bajo tremenda caída de piedras. ~ Supongo que me tendré que quedar un rato más… ~ Pensaba la kunoichi mientras se acercaba a un agujero en la pared que daba al exterior y se acuclillaba para tomar una de las piedras que habían caído.
No era de un tamaño exagerado y no tardaban nada en derretirse pero de todas formas dolería además de que venían en cantidad. ~ Si el rubio este no me hubiese hablado seguramente me habría tenido que aguantar todo esto… ~ Se decía a si misma luego de levantarse y observar un poco a su alrededor y claro, en el chico que la acompañaba que ciertamente se estaba mostrando algo tímido, cosa contradictoria al haber sido él el que comenzó a hablar.
Ritsuko al no sentir ningún tipo de vergüenza y mucho menos miedo terminó por acercarse al rubio que si se lo miraba algo adormilado casi podría confundirlo por una estatua. - Haruto… - Dijo la kunoichi estando frente a él mientras inclinaba el torso levemente a un lado con la intención de verle la cara desde un ángulo un poco más bajo. - ¿No querías buscar cosas en los templos? - Agregó al cabo de unos instantes con una mirada digna de niña pequeña, la inocencia que solía aparentar esta pelirroja era ciertamente peligrosa.
~ Podría usar el cráneo como casco… ~ Pensó aleatoriamente la chica luego de alejarse un poco del chico, más precisamente para revisar lo que parecía ser algún tipo de altar. Aunque claro, no sentía la curiosidad necesaria como para meterse en las profundidades del mismo, además que habían sectores del edificio en el que se encontraban donde el tejado y las paredes estaban destruidas por lo que no sería sorpresa que alguno que pasillo estuviese en las mismas condiciones, o puede que ya ni siquiera existan y sean algo así como una salida al exterior. ~ Y encima está atardeciendo… ~ Se dijo a si misma al ver el cielo a través de uno de los agujeros del techo.
No era de un tamaño exagerado y no tardaban nada en derretirse pero de todas formas dolería además de que venían en cantidad. ~ Si el rubio este no me hubiese hablado seguramente me habría tenido que aguantar todo esto… ~ Se decía a si misma luego de levantarse y observar un poco a su alrededor y claro, en el chico que la acompañaba que ciertamente se estaba mostrando algo tímido, cosa contradictoria al haber sido él el que comenzó a hablar.
Ritsuko al no sentir ningún tipo de vergüenza y mucho menos miedo terminó por acercarse al rubio que si se lo miraba algo adormilado casi podría confundirlo por una estatua. - Haruto… - Dijo la kunoichi estando frente a él mientras inclinaba el torso levemente a un lado con la intención de verle la cara desde un ángulo un poco más bajo. - ¿No querías buscar cosas en los templos? - Agregó al cabo de unos instantes con una mirada digna de niña pequeña, la inocencia que solía aparentar esta pelirroja era ciertamente peligrosa.
~ Podría usar el cráneo como casco… ~ Pensó aleatoriamente la chica luego de alejarse un poco del chico, más precisamente para revisar lo que parecía ser algún tipo de altar. Aunque claro, no sentía la curiosidad necesaria como para meterse en las profundidades del mismo, además que habían sectores del edificio en el que se encontraban donde el tejado y las paredes estaban destruidas por lo que no sería sorpresa que alguno que pasillo estuviese en las mismas condiciones, o puede que ya ni siquiera existan y sean algo así como una salida al exterior. ~ Y encima está atardeciendo… ~ Se dijo a si misma al ver el cielo a través de uno de los agujeros del techo.