19/07/2021, 23:06
— No te preocupes por mí, me gusta dormir al aire libre. Haga frio o calor, el viento que me rodea es más que suficiente para mí para estar comoda en cualquier lugar en el que caiga
Entendía levemente el dormir en cualquier parte. Después de un entrenamiento con Kimi, ella podía dormirse en el tatami, en el suelo y en medio de la lluvia si hacía falta. Pero en la boca de esa extraña mujer, sonaba diferente, todo sonaba diferente.
— Entiendo que puedas conciliar el sueño en cualquier parte, pero deberías tener cuidado con resfriarte o deshidratarte. ¡Es importante beber mucha agua!
Si su hermana no bebía litros y litros de agua al día, se apagaba, literal. Por eso Chika tenía esa ligera mania de recomendar la hidratación a todo el mundo, en especial fuera de Amegakure.
— Oh si, perdona, se me había pasado por completo. Que poco cortes por mi parte, me llamo Fëng, Shàndgí Fëng Oye Chika ¿sabes de algún otro lugar por Oonindo que tenga relación con lo divino? Cualquier cosa, me servirá.
— Encantada, Fëng. Sobre algún sitio sagrado, eh... — se llevó una mano al mentón mientras caminaban, dejando la mirada perdida unos segundos antes de devolver la mirada a Fëng. — He ido recopilando rumores sobre cosas extrañas de Onindo, pero sobre lo divino estoy algo perdida. Te diría que tal vez la Torre de Meditación, ahí me encontré con una diosa del combate cuerpo a cuerpo. ¡Una diosa metafórica! Era una kunoichi de Kusagakure.
Decidió callarse por su propio bien. Con las mejillas encendidas entre la vergüenza de hablar de más y recordar la paliza que le dio Ranko, siguió andando en silencio.
Entendía levemente el dormir en cualquier parte. Después de un entrenamiento con Kimi, ella podía dormirse en el tatami, en el suelo y en medio de la lluvia si hacía falta. Pero en la boca de esa extraña mujer, sonaba diferente, todo sonaba diferente.
— Entiendo que puedas conciliar el sueño en cualquier parte, pero deberías tener cuidado con resfriarte o deshidratarte. ¡Es importante beber mucha agua!
Si su hermana no bebía litros y litros de agua al día, se apagaba, literal. Por eso Chika tenía esa ligera mania de recomendar la hidratación a todo el mundo, en especial fuera de Amegakure.
— Oh si, perdona, se me había pasado por completo. Que poco cortes por mi parte, me llamo Fëng, Shàndgí Fëng Oye Chika ¿sabes de algún otro lugar por Oonindo que tenga relación con lo divino? Cualquier cosa, me servirá.
— Encantada, Fëng. Sobre algún sitio sagrado, eh... — se llevó una mano al mentón mientras caminaban, dejando la mirada perdida unos segundos antes de devolver la mirada a Fëng. — He ido recopilando rumores sobre cosas extrañas de Onindo, pero sobre lo divino estoy algo perdida. Te diría que tal vez la Torre de Meditación, ahí me encontré con una diosa del combate cuerpo a cuerpo. ¡Una diosa metafórica! Era una kunoichi de Kusagakure.
Decidió callarse por su propio bien. Con las mejillas encendidas entre la vergüenza de hablar de más y recordar la paliza que le dio Ranko, siguió andando en silencio.