21/07/2021, 11:27
— Uhm ¿sabes por casualidad como se llamaba? Me interesaría probar si de verdad es como dices
Fëng ralentizó la marcha y Chika la imitó, sin adelantarse en ningún momento. No es que desconfiase de ella, es que seguía convencida de que en algún momento su ceguera le daría algún problema y ella debía estar ahí para verlo, reaccionar y salvarle la vida.
— Se llamaba Ranko-chan y tenía una piernas fuertes y poderosas como la Torre, qué digo como la Torre, seguro que una patada de Ranko-chan hubiese roto el Fuinjutsu ese y todo. Bloqueé una de sus patadas y me hizo más daño que cualquier golpe que haya recibido en mi vida. Y eso que en Amegakure hacen los muebles durisimos y yo voy golpeando mi meñique con todos ellos.
— Si dirijo todo el rato la marcha, no será un reto para ti ¿no? Yo ya lo subí una vez, así que adelante —
La mujer ciega había vuelto a ralentizar la marcha a la espera de que Chika tomase la delantera, cosa que había hecho mientras hablaba emocionada de las piernas de Ranko, la mejor especialista de Taijutsu que había visto nunca. La peliazul se detuvo un segundo a mirar a Fëng.
— ¿Estás segura de que estaras bien detrás? ¿Y si te tropiezas? ¿Y si te caes rodando hacia abajo y no puedo detenerte por estar delante?
Esa era una posibilidad muy real en la mente de Chika.
Fëng ralentizó la marcha y Chika la imitó, sin adelantarse en ningún momento. No es que desconfiase de ella, es que seguía convencida de que en algún momento su ceguera le daría algún problema y ella debía estar ahí para verlo, reaccionar y salvarle la vida.
— Se llamaba Ranko-chan y tenía una piernas fuertes y poderosas como la Torre, qué digo como la Torre, seguro que una patada de Ranko-chan hubiese roto el Fuinjutsu ese y todo. Bloqueé una de sus patadas y me hizo más daño que cualquier golpe que haya recibido en mi vida. Y eso que en Amegakure hacen los muebles durisimos y yo voy golpeando mi meñique con todos ellos.
— Si dirijo todo el rato la marcha, no será un reto para ti ¿no? Yo ya lo subí una vez, así que adelante —
La mujer ciega había vuelto a ralentizar la marcha a la espera de que Chika tomase la delantera, cosa que había hecho mientras hablaba emocionada de las piernas de Ranko, la mejor especialista de Taijutsu que había visto nunca. La peliazul se detuvo un segundo a mirar a Fëng.
— ¿Estás segura de que estaras bien detrás? ¿Y si te tropiezas? ¿Y si te caes rodando hacia abajo y no puedo detenerte por estar delante?
Esa era una posibilidad muy real en la mente de Chika.