23/07/2021, 17:52
Después de una nueva sesión de sueño mi cuerpo volvió a activarse. Lo hacía al ritmo que le habían dejado aquel día, es decir a trompicones. No suficiente con haberse comido una bola de fuego, luego una especie de ciclón de agua le golpeó con la furia de los mil mares de Ōnindo, después fue el turno del chidori. Lo mejor es que ya había pasado por 3 de los 5 elementos del ninjutsu. Oh, pero olvidé de forma ingenua que en ocasiones dichos elementos podían combinarse para crear uno más fuerte.
— F-frío...
¿Acaso así se sentía una técnica del Hyoton? Apenas sentía las puntas de los dedos. Qué digo, era justo lo contrario. las sentía tan bien que dolían en forma de pequeñas punzadas, como si alguien con un senbon o algún tipo de aguja estuviese entretenido pinchandome todos los dedos a la vez, tanto de pies como de manos. Por si no fuese poco, mi estomago rugió. La llamada de la naturaleza.
—Hola, bella durmiente. ¿Soñaste con algo bonito?
Traté de abrir los ojos al oír una voz. Creo que incluso di un pequeño respingo al escucharle, por alguna razón pensé que ya no quedaría nadie en aquel maldito valle, escenario de las peores desgracias que había conocido la humanidad. Cual fue mi sorpresa que ante mí seguía aquel hijo de la gran puta de Uchiha Zaide. Resoplé y luego me percaté. No estábamos en el Valle del Fin. No. Aquello tenía pinta de cueva. Por si fuera poco, traté de mover mis brazos para frotarme la cara, pero una nueva atadura me lo impedía.
— Me cago en mi puta vida — dije con pesadez — Si vas a matarme hazlo ya
El lote de sorpresas se seguía sucediendo, ahora no solo la vista alcanzaba a verlo sino que también aquel olorcillos e colaba en mis fosas nasales. El tipo estaba cocinando pescado. No era la gran delicia, pero para entonces me parecía un gran manjar. De hecho, cualquier cosa comestible y nutritiva me parecería la octava maravilla.
—Yota. Ese es tu nombre, ¿cierto? Me suena. Oí de un chico que se llamaba igual, kusajin también, que participó en el Torneo de los Dojos. ¿No serás ese, huh?
— Es posible que sea ese Yota — resople de nuevo y mis piernas temblaron del puto frío — Aunque se me conoce más por ser el cabrón que le plantó cara a uno de los Generales de Kurama para impedir que se pegasen un festín en el País del Bosque. Pero dime algo, ¿la araña y el gennin suicida están bien?
«Llevate mi vida si quieres, pero a ellos dales la oportunidad de seguir con sus vidas»
— F-frío...
¿Acaso así se sentía una técnica del Hyoton? Apenas sentía las puntas de los dedos. Qué digo, era justo lo contrario. las sentía tan bien que dolían en forma de pequeñas punzadas, como si alguien con un senbon o algún tipo de aguja estuviese entretenido pinchandome todos los dedos a la vez, tanto de pies como de manos. Por si no fuese poco, mi estomago rugió. La llamada de la naturaleza.
—Hola, bella durmiente. ¿Soñaste con algo bonito?
Traté de abrir los ojos al oír una voz. Creo que incluso di un pequeño respingo al escucharle, por alguna razón pensé que ya no quedaría nadie en aquel maldito valle, escenario de las peores desgracias que había conocido la humanidad. Cual fue mi sorpresa que ante mí seguía aquel hijo de la gran puta de Uchiha Zaide. Resoplé y luego me percaté. No estábamos en el Valle del Fin. No. Aquello tenía pinta de cueva. Por si fuera poco, traté de mover mis brazos para frotarme la cara, pero una nueva atadura me lo impedía.
— Me cago en mi puta vida — dije con pesadez — Si vas a matarme hazlo ya
El lote de sorpresas se seguía sucediendo, ahora no solo la vista alcanzaba a verlo sino que también aquel olorcillos e colaba en mis fosas nasales. El tipo estaba cocinando pescado. No era la gran delicia, pero para entonces me parecía un gran manjar. De hecho, cualquier cosa comestible y nutritiva me parecería la octava maravilla.
—Yota. Ese es tu nombre, ¿cierto? Me suena. Oí de un chico que se llamaba igual, kusajin también, que participó en el Torneo de los Dojos. ¿No serás ese, huh?
— Es posible que sea ese Yota — resople de nuevo y mis piernas temblaron del puto frío — Aunque se me conoce más por ser el cabrón que le plantó cara a uno de los Generales de Kurama para impedir que se pegasen un festín en el País del Bosque. Pero dime algo, ¿la araña y el gennin suicida están bien?
«Llevate mi vida si quieres, pero a ellos dales la oportunidad de seguir con sus vidas»
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa