24/07/2021, 18:36
—. ¿Alguna vez has presenciado una tortura, Yota? ¿Alguna vez la has sentido en tus carnes? Veo que te falta un dedo. ¿Fue eso lo que necesitaste para cantar? ¿Qué te cortasen uno?
— Oh... el dedo. Fueron las secuelas de mi encontronazo con aquel secuaz de Kurama, nada más
Lo creyese o no, aquella era la verdad del, asunto. Perdí el puto dedo en el fragor de la batalla. Una batalla que en aquel momento no podía haber ganado. Como la que libramos contra el mismo interlocutor que tenía en frente. Algún día cambiarían las tornas, algún día... Di un último mordisco al pescado y dejé caer el palo al suelo.
—¡Juguemos a un juego! ¡Hagámoslo divertido! Finjamos que tú y yo estamos en la misma posición de poder. Finjamos que no te tengo cogido por los huevos y que, si quisiera, podría cortártelos para verte cantar.
Pude ver como disfrutaba, tanto en la puesta escénica como en el interés por llevar a cabo aquel intercambio. Le creyese o no... «¿acaso tengo elección?» Así que me encogí de hombros mientras el tipo seguía terminando con su particular oferta.
—. Tú me haces una pregunta, yo te respondo. Yo te hago una pregunta, tú me respondes. Nos vamos turnando. Pierde quien sea pillado en una mentira o no responda. Si te gano, empezarás a perder dedos. Si me ganas, el interrogatorio habrá terminado.
— Supongo que mis opciones son más bien limitadas, por no decir nulas. Es más, ¿acaso tengo elección? Tomatelo por una pregunta retórica. Así que... cuanto antes empecemos, supongo que antes acabaremos.
Era muy consciente de que el tipo no le iba a temblar demasiado el pulso en cumplir con las directrices que había establecido. de lo que tenía más dudas era de la parte ne la que ganaba yo. pero de nuevo, estaba en un callejón sin salida. Debía enfrentarme de nuevo al Uchiha.
— ¡Bien, empecemos! ¿Por qué me atacaste?
— Oh... el dedo. Fueron las secuelas de mi encontronazo con aquel secuaz de Kurama, nada más
Lo creyese o no, aquella era la verdad del, asunto. Perdí el puto dedo en el fragor de la batalla. Una batalla que en aquel momento no podía haber ganado. Como la que libramos contra el mismo interlocutor que tenía en frente. Algún día cambiarían las tornas, algún día... Di un último mordisco al pescado y dejé caer el palo al suelo.
—¡Juguemos a un juego! ¡Hagámoslo divertido! Finjamos que tú y yo estamos en la misma posición de poder. Finjamos que no te tengo cogido por los huevos y que, si quisiera, podría cortártelos para verte cantar.
Pude ver como disfrutaba, tanto en la puesta escénica como en el interés por llevar a cabo aquel intercambio. Le creyese o no... «¿acaso tengo elección?» Así que me encogí de hombros mientras el tipo seguía terminando con su particular oferta.
—. Tú me haces una pregunta, yo te respondo. Yo te hago una pregunta, tú me respondes. Nos vamos turnando. Pierde quien sea pillado en una mentira o no responda. Si te gano, empezarás a perder dedos. Si me ganas, el interrogatorio habrá terminado.
— Supongo que mis opciones son más bien limitadas, por no decir nulas. Es más, ¿acaso tengo elección? Tomatelo por una pregunta retórica. Así que... cuanto antes empecemos, supongo que antes acabaremos.
Era muy consciente de que el tipo no le iba a temblar demasiado el pulso en cumplir con las directrices que había establecido. de lo que tenía más dudas era de la parte ne la que ganaba yo. pero de nuevo, estaba en un callejón sin salida. Debía enfrentarme de nuevo al Uchiha.
— ¡Bien, empecemos! ¿Por qué me atacaste?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa