28/07/2021, 23:33
—Y, están entrenados para eso, no para limpiar un local. No voy a negarte que hay ninjas bastantes estúpidos, soy la última que los defiende. Pero, seamos sinceros, esto podría estar mucho más organizado de lo que está ahora.
— No te voy a negar que podría tener esto mucho más organizado y entre las especias vender oro y así organizarme mejor.
Se rió entre dientes hablando con un tono sarcástico.
—Además, no se quien fue el loco, pero no puede estar la entrada tan desnivelada con la calle. Estando en Amegakure, siempre te va a entrar agua así.
— Estoy seguro que los arquitectos tenían una idea espectacular y un sistema de alcantarillado planeado de las mil maravillas.
Esta vez sí que parecía decirlo en serio, incluso enojado por lo sucedido.
—No te lo tomes a mal, pero deberías empezar a cambiar un par de cosas por aquí antes de echarle la culpa a los ninjas.
El hombre se paró un segundo, parando su mano que limpiaba la puerta de un mueble. Estalló a carcajadas que le impidieron hablar durante un rato.
— Ay, ojalá ser joven e ingenuo de nuevo. Escúchame, para cambiar esto necesito: el permiso del dueño, porque estoy de alquiler, el permiso de la villa, porque coge espacio público y el permiso de todo el bloque, porque también tendría que hacer obras. — fue contando con los dedos de las manos — Prefiero una muerte lenta y dolorosa.
— No te voy a negar que podría tener esto mucho más organizado y entre las especias vender oro y así organizarme mejor.
Se rió entre dientes hablando con un tono sarcástico.
—Además, no se quien fue el loco, pero no puede estar la entrada tan desnivelada con la calle. Estando en Amegakure, siempre te va a entrar agua así.
— Estoy seguro que los arquitectos tenían una idea espectacular y un sistema de alcantarillado planeado de las mil maravillas.
Esta vez sí que parecía decirlo en serio, incluso enojado por lo sucedido.
—No te lo tomes a mal, pero deberías empezar a cambiar un par de cosas por aquí antes de echarle la culpa a los ninjas.
El hombre se paró un segundo, parando su mano que limpiaba la puerta de un mueble. Estalló a carcajadas que le impidieron hablar durante un rato.
— Ay, ojalá ser joven e ingenuo de nuevo. Escúchame, para cambiar esto necesito: el permiso del dueño, porque estoy de alquiler, el permiso de la villa, porque coge espacio público y el permiso de todo el bloque, porque también tendría que hacer obras. — fue contando con los dedos de las manos — Prefiero una muerte lenta y dolorosa.