1/08/2021, 19:59
Allí, de pie sólo en el famoso Acantilado Rompe-Olas, el hijo único de una noble familia de médicos esperaba impacientemente a alguien. Se trataba de Oda Tamao, un joven que apenas había cumplido la mayoría de edad, pero que ya se había convertido en un respetado chūnin.
El joven era más bien bajo. Vestía con un kimono azul de buena calidad con los pantalones grises, unas sandalias azules también y llevaba unas gafas. Tenía su cabello castaño bien peinado hacia un lado y sus ojos almendra no dejaban de mirar nerviosamente hacia un lado y hacia otro, pero nunca detrás suyo.
—¿Crees que vendrá? —Susurró a una persona que se mantenía oculta. No recibió respuesta—. Sí, ya, supongo que solo puedo esperar...
El joven hablaba de Uchiha, la hija única de una noble familia de Uchiha, a quien le había enviado una carta un par de días atrás invitándola a quedar a una hora concreta en un día concreto.
El día era ese y la hora estaba apunto de llegar. Ahora solo faltaba esperar a comprobar si el plan daba resultados.
El joven era más bien bajo. Vestía con un kimono azul de buena calidad con los pantalones grises, unas sandalias azules también y llevaba unas gafas. Tenía su cabello castaño bien peinado hacia un lado y sus ojos almendra no dejaban de mirar nerviosamente hacia un lado y hacia otro, pero nunca detrás suyo.
—¿Crees que vendrá? —Susurró a una persona que se mantenía oculta. No recibió respuesta—. Sí, ya, supongo que solo puedo esperar...
El joven hablaba de Uchiha, la hija única de una noble familia de Uchiha, a quien le había enviado una carta un par de días atrás invitándola a quedar a una hora concreta en un día concreto.
El día era ese y la hora estaba apunto de llegar. Ahora solo faltaba esperar a comprobar si el plan daba resultados.