2/08/2021, 01:18
Y Kinumi presenció la escena más absurda que había visto en toda su vida. Era completamente consciente de que por muchos años que viviese, por muchos paises que visitase y muchos circos que viese, jamás vería algo tan absurdo como eso.
Primero, Tamao dijo algo extraño, lo cual hizo que Kinumi desconfiase un poco. Acto seguido, apareció un delfin del acantilado, lo cual la sorprendió durante exactamente medio segundo antes de que ese animal abriese el hocico.
—¡KIKIRIKI!
La mujer alzó una ceja, completamente desconcertada por lo que estaba pasando. Sería capaz de jurar que hace un instante iba a tomar el té con un primogenito noble de una familia prestigiosa de medicos y ahora estaba en un espectaculo tan absurdo que no podía decir que lo odiase, primero tendría que tener sentido.
—Ey.
El delfín era en realidad Toshio, que se plantó allí haciendo el saludo más informal y menos educado del mundo. El rostro de Kinumi pasó de la ceja alzaba a un ceño fruncido y la boca ligeramente abierta en mueca de completa confusión. Y sin cambiar ni un apice esa expresión se cruzó de brazos, con la mirada clavada en Toshio dandole exactamente cinco segundos de ventaja para que se explicase.
Primero, Tamao dijo algo extraño, lo cual hizo que Kinumi desconfiase un poco. Acto seguido, apareció un delfin del acantilado, lo cual la sorprendió durante exactamente medio segundo antes de que ese animal abriese el hocico.
—¡KIKIRIKI!
La mujer alzó una ceja, completamente desconcertada por lo que estaba pasando. Sería capaz de jurar que hace un instante iba a tomar el té con un primogenito noble de una familia prestigiosa de medicos y ahora estaba en un espectaculo tan absurdo que no podía decir que lo odiase, primero tendría que tener sentido.
—Ey.
El delfín era en realidad Toshio, que se plantó allí haciendo el saludo más informal y menos educado del mundo. El rostro de Kinumi pasó de la ceja alzaba a un ceño fruncido y la boca ligeramente abierta en mueca de completa confusión. Y sin cambiar ni un apice esa expresión se cruzó de brazos, con la mirada clavada en Toshio dandole exactamente cinco segundos de ventaja para que se explicase.