2/08/2021, 01:36
—Bueno, te preguntarás por qué estoy aquí. Le tuve que pedir a Tamao que te invitase por mí, porque yo no podía hacerlo.
—No sé si lo sabes, pero tu padre ya no me quiere ver ni en pintura.
Mientras Toshio hablaba, Kinumi pensaba. Pensaba en qué podía querer el pelirrojo de ella. Es decir, ¿acaso no llevaban como seis meses sin verse? De repente, aparece después del desastre y ¿qué? Al verlo aquel día en la mansión había perdido los papeles porque le había recordado todo lo que había dejado atrás, así, de golpe.
Ahora solo quería atajar esto e irse a dar una vuelta para despejarse.
Tenía todo un discurso en mente. Pero había algo que no se le iba de la cabeza. Una imagen que tenía grabada a fuego en la retina, un sonido que resonaba en sus oidos y que no iba a poder borrar con facilidad.
—¡KIKIRIKI!
Aún no se había recuperado del delfín gallo volador. Abrió la boca, cerró los ojos con fuerza y volvió a abrirlos, con el ceño fruncido de nuevo.
— ¿Qué?
No le salía nada más. El shock no se le iba del cuerpo.
—No sé si lo sabes, pero tu padre ya no me quiere ver ni en pintura.
Mientras Toshio hablaba, Kinumi pensaba. Pensaba en qué podía querer el pelirrojo de ella. Es decir, ¿acaso no llevaban como seis meses sin verse? De repente, aparece después del desastre y ¿qué? Al verlo aquel día en la mansión había perdido los papeles porque le había recordado todo lo que había dejado atrás, así, de golpe.
Ahora solo quería atajar esto e irse a dar una vuelta para despejarse.
Tenía todo un discurso en mente. Pero había algo que no se le iba de la cabeza. Una imagen que tenía grabada a fuego en la retina, un sonido que resonaba en sus oidos y que no iba a poder borrar con facilidad.
—¡KIKIRIKI!
Aún no se había recuperado del delfín gallo volador. Abrió la boca, cerró los ojos con fuerza y volvió a abrirlos, con el ceño fruncido de nuevo.
— ¿Qué?
No le salía nada más. El shock no se le iba del cuerpo.