3/08/2021, 22:53
«¿Qué… cojones…?»
Por unos segundos, se quedó sin aliento, como si acabasen de darle un puñetazo en el vientre que vació sus pulmones. A lo largo de su vida, había visto a muchos cabrones psicópatas sacrificar la vida de sus compañeros por minucias. Los criminales que se dedicaban a lo que él se dedicaba no eran hermanitas de la caridad, precisamente. Por eso cuando él había formado su propio grupo, cuando no era más que un chaval, había creado un fūinjutsu que impedía semejante atrocidad.
A lo que no estaba acostumbrado era a aquello. En Daigo vio algo más que un ente sin empatía, o un cabronazo egoísta que solo se preocupaba por él mismo. Lo vio en sus ojos, lleno de lágrimas; lo vio en su cuerpo, temblando. Aquel cabrón lo había hecho por un ideal. Uno totalmente opuesto al suyo. Pero por un ideal, al fin y al cabo.
—Quizá —respondió, como única respuesta a lo que dijo, antes de añadir:—. Tú ganas. —Seguía pensando que podía doblegar su voluntad. Con tiempo y el suficiente dolor, todo el mundo enloquecía. Pero ni tenía tiempo, ni tenía las ganas. Además, tampoco quería buscar excusas: había perdido sin paliativos—. Disfruta de tu victoria.
Por unos segundos, se quedó sin aliento, como si acabasen de darle un puñetazo en el vientre que vació sus pulmones. A lo largo de su vida, había visto a muchos cabrones psicópatas sacrificar la vida de sus compañeros por minucias. Los criminales que se dedicaban a lo que él se dedicaba no eran hermanitas de la caridad, precisamente. Por eso cuando él había formado su propio grupo, cuando no era más que un chaval, había creado un fūinjutsu que impedía semejante atrocidad.
A lo que no estaba acostumbrado era a aquello. En Daigo vio algo más que un ente sin empatía, o un cabronazo egoísta que solo se preocupaba por él mismo. Lo vio en sus ojos, lleno de lágrimas; lo vio en su cuerpo, temblando. Aquel cabrón lo había hecho por un ideal. Uno totalmente opuesto al suyo. Pero por un ideal, al fin y al cabo.
—Quizá —respondió, como única respuesta a lo que dijo, antes de añadir:—. Tú ganas. —Seguía pensando que podía doblegar su voluntad. Con tiempo y el suficiente dolor, todo el mundo enloquecía. Pero ni tenía tiempo, ni tenía las ganas. Además, tampoco quería buscar excusas: había perdido sin paliativos—. Disfruta de tu victoria.