10/08/2021, 18:37
(Última modificación: 10/08/2021, 18:38 por Kaminari Chika.)
Chika se cruzó de brazos, observando la escena. No le había hecho caso absolutamente nadie. Era cierto que siempre había tenido el carisma de una patata en remojo, pero supuso que eso era por estar al lado de Kimi. Todo el mundo conocía a Kimi y todo el mundo iba a hablar con Kimi. A su lado, ella era la medusa decolorada mascota de Kimi.
Pero ahora veía que era un problema real. Era como si la ignorasen a proposito, como el dicho de ignorar el elefante de la habitación.
— Bueno, tu eres la máxima autoridad realmente aquí ¿qué crees que deberíamos hacer con él?
¡Oh, no! Fëng era capaz de ver elefantes. Por fin le hacían caso y era para decidir sobre algo de tremenda importancia. Chika se rascó la nuca, indecisa.
— Bueno, soy la máxima autoridad en esta piedra, pero la decisión no debería tomarla yo. La guardia de Notsuba o del País de la Tierra tendrá que decidir. Ni siquiera estamos en el País de la Tormenta, así que yo no tengo poder para decidir, solo para atizar.
Dicho eso, se estiró y esperó a que sus palabras cayesen sobre sus interlocutores.
— En fin, que deberíamos entregarlos a las autoridades locales y que ellas decidan quien es culpable y quien victima.
Por si no había quedado claro.
Pero ahora veía que era un problema real. Era como si la ignorasen a proposito, como el dicho de ignorar el elefante de la habitación.
— Bueno, tu eres la máxima autoridad realmente aquí ¿qué crees que deberíamos hacer con él?
¡Oh, no! Fëng era capaz de ver elefantes. Por fin le hacían caso y era para decidir sobre algo de tremenda importancia. Chika se rascó la nuca, indecisa.
— Bueno, soy la máxima autoridad en esta piedra, pero la decisión no debería tomarla yo. La guardia de Notsuba o del País de la Tierra tendrá que decidir. Ni siquiera estamos en el País de la Tormenta, así que yo no tengo poder para decidir, solo para atizar.
Dicho eso, se estiró y esperó a que sus palabras cayesen sobre sus interlocutores.
— En fin, que deberíamos entregarlos a las autoridades locales y que ellas decidan quien es culpable y quien victima.
Por si no había quedado claro.