13/08/2021, 17:54
Fëng tomó las palabras de Chika y decidió por ella, lo cual fue todo un respiro para la peliazul. Los extorsionados no se lo tomaron demasiado bien y uno de ellos y Fëng discutieron brevemente mientras la kunoichi esperaba a que terminaran.
— ¿U-Una prueba? ¿¡Estás de coña!?
— Claro, una prueba de autogobierno. Ese pobre hombre decía que solo seguía órdenes, y si comprendía que lo que estaba haciendo estaba mal, hará lo correcto
Chika no añadió nada. Ya había dicho todo lo que tenía que decir. En cuanto Fëng empezó a caminar, ella la imitó, subiendo de nuevo las escaleras. Cuando estuviese lo suficientemente cerca como para susurrarle sin que los otros escuchasen lo que le dijese.
— ¿Crees que hemos hecho lo correcto, Fëng-san? — desde luego todo esto de impartir justicia era completamente nuevo para Chika.
— ¿U-Una prueba? ¿¡Estás de coña!?
— Claro, una prueba de autogobierno. Ese pobre hombre decía que solo seguía órdenes, y si comprendía que lo que estaba haciendo estaba mal, hará lo correcto
Chika no añadió nada. Ya había dicho todo lo que tenía que decir. En cuanto Fëng empezó a caminar, ella la imitó, subiendo de nuevo las escaleras. Cuando estuviese lo suficientemente cerca como para susurrarle sin que los otros escuchasen lo que le dijese.
— ¿Crees que hemos hecho lo correcto, Fëng-san? — desde luego todo esto de impartir justicia era completamente nuevo para Chika.