15/08/2021, 22:37
Al día siguiente, Umi se levantó con unas ojeras terribles. «Es por la pesadilla». O porque después no pudo pegar ojo, se dijo. Desayunó abundantemente unos cereales rellenos de chocolate blanco. Quizás demasiado abundantemente. Eso opinó su retrete, desde luego. Mientras tanto, Suzaku canturreaba de un lado para otro y no paraba de enseñarle la bandana. «Esto va a ser muy complicado...»
Umi salió del baño después de vomitar. Estaba despeinada y no se había limpiado bien el rimel. Suzaku la recibió con una sonrisa radiante, claro. Todavía llevaba la bandana puesta.
—Qué. No me mires así. —Llevaba una sonrisa de oreja a oreja. Umi sintió una punzada de dolor en la boca del estómago—. Qué pasa.
Umi salió del baño después de vomitar. Estaba despeinada y no se había limpiado bien el rimel. Suzaku la recibió con una sonrisa radiante, claro. Todavía llevaba la bandana puesta.
—Qué. No me mires así. —Llevaba una sonrisa de oreja a oreja. Umi sintió una punzada de dolor en la boca del estómago—. Qué pasa.