25/01/2016, 16:32
(Última modificación: 25/01/2016, 17:55 por Aotsuki Ayame.)
Pasaban los segundos de manera inexorable, y Ayame era capaz de sentir los latidos de su corazón en las sienes, al compás de los aplausos del público. Mientras esperaba a su contrincante, de pie sobre aquel pilar, le pareció que los gritos de júbilo que la rodeaban se transformaban repentinamente en aullidos de terror y dolor y no pudo evitar encogerse sobre sí misma, abrazando su costado con uno de sus brazos.
El tiempo seguía corriendo... ¿Es que su oponente no iba a venir?
«Ah, allí está.» Pensó con alivio, al percibir una figura en el otro lado del estadio.
Haruto saltó sobre su respectivo pilar. Era apenas un chiquillo, apenas un niño notablemente más bajito que ella. Tenía el pelo rubio, con las patillas sobresalientes recogidas enmarcando su rostro. Un rostro infantil en el que destacaban sus ojos cristalinos, de pestañas más oscuras de lo que debería ser normal. ¿Acaso se maquillaba? Un kimono de color aguamarina, en el que llamaban la atención varios rayitos dorados, constituía su vestimenta. Pero lo que hizo que Ayame volviera a palidecer terriblemente fue el ver la bandana que lucía sobre la frente y cuyo símbolo, aunque parcialmente oculto por los mechones de pelo que caían sobre él, era inconfundible:
«¿Qué es esto? ¿Una cruel broma del destino?» Pensó, con amargura contenida.
Abrió la boca, dispuesta a saludar a su contrincante. Pero las palabras murieron en sus labios. No se le ocurría qué debía decir en una situación así. Por eso se limitó a levantar el dedo índice y corazón extendidos frente a su pecho en el sello de la confrontación.
—Suerte —dijo, simple y llanamente.
Tal era su conmoción que parecía haber olvidado los modales. Ni una reverencia, ni un saludo a los Kages de las aldeas, fue dirigido en aquella ocasión. Ayame flexionó ligeramente las rodillas y tensó todos los músculos de su cuerpo, dispuesta a moverse en cualquier momento.
• PV:–
• CK:– –
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
1 AO
Daño recibido
Daño causado
El tiempo seguía corriendo... ¿Es que su oponente no iba a venir?
«Ah, allí está.» Pensó con alivio, al percibir una figura en el otro lado del estadio.
Haruto saltó sobre su respectivo pilar. Era apenas un chiquillo, apenas un niño notablemente más bajito que ella. Tenía el pelo rubio, con las patillas sobresalientes recogidas enmarcando su rostro. Un rostro infantil en el que destacaban sus ojos cristalinos, de pestañas más oscuras de lo que debería ser normal. ¿Acaso se maquillaba? Un kimono de color aguamarina, en el que llamaban la atención varios rayitos dorados, constituía su vestimenta. Pero lo que hizo que Ayame volviera a palidecer terriblemente fue el ver la bandana que lucía sobre la frente y cuyo símbolo, aunque parcialmente oculto por los mechones de pelo que caían sobre él, era inconfundible:
Takigakure
«¿Qué es esto? ¿Una cruel broma del destino?» Pensó, con amargura contenida.
Abrió la boca, dispuesta a saludar a su contrincante. Pero las palabras murieron en sus labios. No se le ocurría qué debía decir en una situación así. Por eso se limitó a levantar el dedo índice y corazón extendidos frente a su pecho en el sello de la confrontación.
—Suerte —dijo, simple y llanamente.
Tal era su conmoción que parecía haber olvidado los modales. Ni una reverencia, ni un saludo a los Kages de las aldeas, fue dirigido en aquella ocasión. Ayame flexionó ligeramente las rodillas y tensó todos los músculos de su cuerpo, dispuesta a moverse en cualquier momento.
Estado de Ayame
• PV:
100/100
• CK:
140/140
100/100
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
1 AO
Daño recibido