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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#53
Zaide cambió el peso de una pierna a otra, incómodo por los gritos de Yota. Le recordaban a otros chillidos. Le traían de vuelta a un sitio al que no quería volver. Cuando Daigo le lanzó la pregunta, agachó la mirada por un momento.

Abrió la boca, y tardó unos segundos en hilvanar las palabras.

Tu amigo tiene razón. Soy un mentiroso. —Y uno de los buenos. De los mejores—. Nunca tuve pensado venderos a nadie más. Solo os lo dije porque estabais convencidos de que Kintsugi no pagaría y no quería que temieseis por vuestra vida.

La gente que temía por su vida era peligrosa. Difícil de manejar. La gente con esperanza, en cambio, tendía a ser más dócil. Por desgracia, ellos habían estado en lo cierto y él equivocado. Empezaba a ser una desagradable costumbre, esa. La de estar siempre equivocado.

A quién coño iba a venderos, ¿huh? No tenéis Byakugan. Ni Sharingan. Nadie pagaría por vosotros —dijo, arisco, más consigo mismo que con ellos. Negó con la cabeza—. Tenía planeado hacerle una segunda oferta a Kintsugi, pero destruyó mi clon primero. Antes de eso me dejó claro que no negociaba con terroristas.

Se dio cuenta en aquel momento, justo antes de que le hubiesen pegado un sello en la espalda. Se dio cuenta que Kintsugi no accedería a su petición. No negociaba con terroristas, después de todo, y por eso…

Por eso tenía que hacerlo. Ya no podía negociar. Ahora solo le quedaba imponerse. Vencer o morir. Miró a aquellos chicos. Nunca le había costado acabar con la vida de ningún ninja. Ahí afuera, era matar o morir. Tener manchadas las manos de su sangre le había dado pocos remordimientos a lo largo de su vida. Pero nunca había matado a sangre fría. Nunca había matado a nadie esposado e indefenso.

Abrió y cerró las manos antes de apoyarlas en sus hachas.

Uno de vosotros hará de mensajero. El otro, de mensaje —les dedicó una mirada larga a cada uno de ellos—. Os doy la oportunidad de decidir quién será quién.
[Imagen: Uchiha-Zaide-eyes2.png]
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RE: ¡Doctor, no siento las piernas! - por Uchiha Zaide - 1/09/2021, 19:12


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