1/09/2021, 21:50
Daigo le sonrió a su compañero al ver que había conseguido calmarlo un poco, aunque hubiese tenido que mentir para ello. Sabía que no había manera de que esto acabase del todo bien, pero mientras tuvieran esperanza, tenían una manera.
—Tu amigo tiene razón. Soy un mentiroso. —Lo era, sí. Daigo también.
Zaide les hizo saber que realmente nunca tenía planeado venderlos a nadie más, pues realmente no tenía nadie a quién venderlos. Ninguno de ellos era nadie especial y nadie pagaría un solo ryō por ellos.
«Quizás podría...» pensó durante un momento en lo que le diría al Uchiha, pues sabía que la información que tenía era un arma de doble filo.
Por lo visto, planeaba hacerle una segunda oferta a Kintsugi, pero reventó su clon antes siquiera de escucharla. Esa era su Kage. No negociaba con terroristas.
Por desgracia, la única opción que tenía Daigo ahora era negociar. Tanto con Yota como con Zaide.
Uno haría de los dos haría de mensajero, el otro, de mensaje. Como buen hermano kusajin que era Yota, Daigo sabía bien que no tardaría en decidir lo que querría ser, pero el Tsukiyama tenía otros planes.
— Yota, seguro que te has dado cuenta ya, pero no puedo mover las piernas y no sé si alguna vez podré volver a hacerlo. —Le hablaba a su espalda, realmente, pues su compatriota se había colocado heroicamente frente a él—. Si regreso, solo seré una carga para mi familia.
De alguna manera, el peliverde hablaba con más calma de la que había demostrado tener en toda su vida. Y no era para menos, pues ahora, dependiendo de lo que dijeran, se decidiría el resto de sus vidas y las de muchas personas a su alrededor.
— ¿Sabes? Durante el ataque de La Guerrilla nuestra cafetería fue destrozada y ya no hay manera de que puedan encargarse de mí. Si me quieres ayudar, no me hagas regresar. Ayuda a mi familia y a Koku y Gura. Esa cafetería era todo lo que tenían para mantenerse y no sé cuánto más van a aguantar.
Se arrastró hacia un lado para poder ver a Zaide, pues Yota estaba en medio.
— Solo quieres dinero ¿no, Zaide? —Preguntó—. Porque creo que sé cómo pagar la libertad de Yota. ¿Cuánto pides?
—Tu amigo tiene razón. Soy un mentiroso. —Lo era, sí. Daigo también.
Zaide les hizo saber que realmente nunca tenía planeado venderlos a nadie más, pues realmente no tenía nadie a quién venderlos. Ninguno de ellos era nadie especial y nadie pagaría un solo ryō por ellos.
«Quizás podría...» pensó durante un momento en lo que le diría al Uchiha, pues sabía que la información que tenía era un arma de doble filo.
Por lo visto, planeaba hacerle una segunda oferta a Kintsugi, pero reventó su clon antes siquiera de escucharla. Esa era su Kage. No negociaba con terroristas.
Por desgracia, la única opción que tenía Daigo ahora era negociar. Tanto con Yota como con Zaide.
Uno haría de los dos haría de mensajero, el otro, de mensaje. Como buen hermano kusajin que era Yota, Daigo sabía bien que no tardaría en decidir lo que querría ser, pero el Tsukiyama tenía otros planes.
— Yota, seguro que te has dado cuenta ya, pero no puedo mover las piernas y no sé si alguna vez podré volver a hacerlo. —Le hablaba a su espalda, realmente, pues su compatriota se había colocado heroicamente frente a él—. Si regreso, solo seré una carga para mi familia.
De alguna manera, el peliverde hablaba con más calma de la que había demostrado tener en toda su vida. Y no era para menos, pues ahora, dependiendo de lo que dijeran, se decidiría el resto de sus vidas y las de muchas personas a su alrededor.
— ¿Sabes? Durante el ataque de La Guerrilla nuestra cafetería fue destrozada y ya no hay manera de que puedan encargarse de mí. Si me quieres ayudar, no me hagas regresar. Ayuda a mi familia y a Koku y Gura. Esa cafetería era todo lo que tenían para mantenerse y no sé cuánto más van a aguantar.
Se arrastró hacia un lado para poder ver a Zaide, pues Yota estaba en medio.
— Solo quieres dinero ¿no, Zaide? —Preguntó—. Porque creo que sé cómo pagar la libertad de Yota. ¿Cuánto pides?
![[Imagen: IMG-20210515-202948-586.png]](https://i.ibb.co/fqtcMG8/IMG-20210515-202948-586.png)
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.